Veracruz es un infierno. La ropa se pega al cuerpo, la cerveza se calienta al ser servida y un mosquito succiona mi sangre durante toda la tarde. El sopor resulta inmenso, sumerge en algo parecido al líquido amniótico con el solo sonido que produce un ventilador de techo. Luces blancas de las que tanto me molestan.
Mi vida ha mejorado enormemente de hace un mes a la fecha.
No estoy del todo mal.
Extraño Villahermosa. Quiero ver a mi familia.
lunes, 11 de julio de 2005
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