Mostrando entradas con la etiqueta realidades. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta realidades. Mostrar todas las entradas

lunes, 27 de julio de 2015

Oda D&D, tercera parte

[Actualización final: miércoles 29 de julio, 09:00 (edición menor]

Este texto, que comencé hace mucho tiempo, y recién reencontré y terminé, está dedicado a los buenos amigos con quienes durante mucho tiempo jugué Dungeons & Dragons (ah, las delicias de la ñoñez), y es en buena medida continuación de un par de textos titulados:


Venga, pues.

- - -

Ciclos de sol y de luna
uno a otro en estampida
han pasado y la partida
no hay modo que se reúna.
Si bien sabemos que una
parte se ha juntado ahí,
también sabemos que y,
aunque sea bien recibida,
una parte de partida
no es una partida en sí.

Lo que daría si pudiera
una vez más ser el máster.
Ni una Fender Stratocaster
y un contrato de disquera
se me antojan tanto: Quiera
la fortuna que se pueda;
que se termine la veda,
se reúna la partida;
preparemos una huida
y retomemos la vereda.

En eso estaba pensando
el licenciado Linares:
en fantasiosos lugares
en vez de estar diseñando.
Ese día él estaba al mando
de todita la oficina
y se metió en la cocina
aprovechando la fiesta
para echar la buena siesta
después de una gelatina.

Sentado, pues, en la silla, 
cabeceando sin reparo
pensó en algo un poco raro:
Le apretó una zapatilla
o zapato con hebilla
de los que él utilizaba
sólo cuando viajaba
a la feria pueblerina.
Entró, pues a una cantina
y se vio luego que cantaba:

Oh, dios Boccob, el gran sabio,
canta dónde están los héroes
(o, bueno, los antihéroes);
dímelo, guía mi astrolabio.
De lo ocurrido, un resabio
permanece en mi memoria:
recuerdos de fama y gloria,
luchas, premios y medallas
obtenidos en batallas
que pasaron a la historia.

Recuerdo también un risco
y un platanar abundante
(recuerdo muy agobiante;
tanto o más que el basilisco;
merecería un asterisco
con nota al pie del papiro:
“ * Esto fue sólo un suspiro
en medio de la aventura
de ahí en fuera, fue la cura,
cual espiritual retiro,

de la fatiga del mundo”).
Pero basta de coloquio,
circunloquio y vaniloquio,
y vamos a lo profundo,
sin perder ya ni un segundo,
a hablar lo que nos ocupa;
el tema que nos agrupa
y nos reúne en esta instancia
es de vital importancia
y lo observaremos con lupa:

De nuestros héroes, ¿qué ha sido?
¿Qué, de Nuye el formidable,
de Asteroth invulnerable,
de Ludwig, el deprimido?
¿Ali-Khan a dónde ha ido?
¿Qué ha sido de Beahrain-Jeno?
¿Y Frjöpjoffur? ¿Que ya es bueno?
¿Que Georgia lo recompuso?
¿Chuchoriethko se repuso
de su perfidia de lleno?

Boccob: no oigo que gloses...
Si entre tú y el Pelor charlan,
canta tú, Kord; canta, Fharlanghn;
canta, Obad-Hai; los dioses
mayores siempre traen poses
y se creen muy importantes
para hablar con ignorantes
mortales (así nos llaman).
Ellos sólo crean y traman
y proclaman hierofantes.

Y hete aquí lo nunca visto
en la historia conocida;
ni sabio alguno, ni druida,
ni doctor, ni genio, insisto,
pudiera haberlo previsto:
Se hizo de pronto un fuego
y toda deidad del juego
Calabozos y Dragones
para honrar a los campeones
entonó este canto luego:

"Localiza en el gran mapa
donde alguna vez vivieron
los héroes que nos reunieron:
En el Valle de Khal-Appa,
aún ahora, a espada y capa
viven Chuchoriethko y Nuye
(el que dice que no huye)
como los hermanos Borgia.
La lista también a Georgia
y a Ali-Khan, la bruja, incluye.


"(Ella sigue muy tranquila
dando clases en la escuela
y pronto hará a su madre abuela.
Mientras, Nuye ya maquila
una fiesta con tequila
para remojar los belfos.
¡Ni el Oráculo de Delfos
predijo con precisión
la nueva generación
de pequeños brujos elfos!)

"También Frjöpjoffur, si puede,
cuando lo deja el laburo,
pensando que en un futuro
no tan lejano quede
en su tan ansiada sede:
el valle de la araucaria
y no componga maquinaria
sino salte, corra y ría
antes que Alana y Sofía
salgan de la secundaria.


"No muy lejos vive Eufemia

(aunque no esté en la pregunta),
quien fungió de DM adjunta,
a quien esta vida premia
no con premios de academia
ni de institución alguna
sino con vivir en una
linda playa, y de pilón,
un familiar: el hurón
que comparte su comuna.


"Hacia el centro de Gencrah

se levanta Defetonia.
Desde antes de la Colonia
era ya una gran ciudá.
El buen Beahrein vive allá
y —¡vaya cosa!— se ha casado.
Matrimonio consumado:
Daniela Corro Paredes
es el vivo ejemplo, viedes,
del trabajo realizado.


"Puedes continuar el tour:

Si aúpas a tu rocino
y tomas otro camino
que avance, en cambio, hacia el sur
(lo decimos sin albur),
y sostienes bien la brida,
te encontrarás con el druida
Ludwig K., y el paladín
Asteroth, y así, por fin,
completarás la partida.

"Allá han ido, con los años
envejeciendo de a pocos,
unos cuerdos, otros locos,
ya muy sociables, ya huraños.
En los varios entrepaños
de libreros no-olvidados,
los personajes narrados
aprenden de arte y de ciencia
y suman puntos de experiencia
al auspicio de los dados.

"¿Qué otra cosa se le ofrece
a vuesa majestad gloriosa?
¿Quisiera alguna otra cosa
que este panteón pudiese
otorgarle a usted, maese?...
¡¡¡Bardo vil de pacotilla!!!"

Y una larga trompetilla
retumbó en el centro mismo
de la Tierra y un abismo
a la mesa de la silla

para siempre separó
(la silla en la que dormía
el Dungeon Máster, vacía),
y así el delirio acabó
tan pronto como llegó
despertando su emoción;
lo advirtió con aflicción:
los dioses ya se habían ido
y con ellos, el gran ruido,
que dio fin a su canción.

Los miembros de la partida,
aun distantes, no durmieron
esa noche; no pudieron;
lo impidió cruel y aguerrida
una voz desconocida
formada de muchas voces.
Tristes, alegres, feroces
ridículas y muy graves
duras, soberbias y suaves
les susurraban veloces:


"¿Qué sentimiento campea?
¿A qué viene esa congoja?
Mejor busquen ya su hoja
y reúnanse en donde sea.
El chiste es que se vea
que pa’ más la party daba.
Algo el Máster proclamaba
y a nos nos parece bien.
¿Quién dijo septiembre, quién?
¿Finde largo en Orizaba?"

miércoles, 10 de diciembre de 2014

S/T

El tiempo es un animal imprevisible

Se alimentó de nuestros días
y hoy en el pensamiento parecen aún más lejanos

Como si hubiesen conquistado la otra orilla sin nosotros

Nuestro calor
Ha sido acaso un sueño mutuo

Tú me soñaste
Yo te soñé
Cada uno era perfecto en el sueño del otro
el mundo giraba vertiginoso
sin importancia

Un sueño profundo
que se desvanece
en la diáfana irrealidad de los recuerdos.

lunes, 27 de octubre de 2014

La ignorada lección de Purushotthama*


Todos buscan el sentido único, mas son múltiples las versiones de una historia.
SULEIMAN KANUNI (SOLIMÁN EL MAGNÍFICO)

Desde que se tiene memoria, los registros históricos, que deberían narrar la concatenación de hechos sucedidos en lugares precisos durante momentos específicos, resultan en la práctica representaciones elaboradas a partir de los vestigios, reales o aparentes, que concuerden con la perspectiva individual del sujeto que los refiere. No resulta extraño encontrarse entonces con al menos dos versiones de un mismo acontecimiento contrapuestas en puntos esenciales, al grado que para un observador externo resulta virtualmente imposible saber a ciencia cierta cuál de ellas se apega a la verdad.
            Si a la mezcla añadimos un lapso suficiente entre la narración de esas distintas versiones y una revisión histórica relativamente objetiva, ni siquiera el conocido adagio que reza que la historia la escriben los vencedores logra esclarecer el embrollo, al ser nebulosa incluso esa última parte.
            Uno de los ejemplos más llamativos sobre este tan común equívoco es, cosa curiosa, un motivo tan recurrente en la configuración de la historia universal tanto para la tradición canónica occidental como para la oriental, así como uno de los momentos cúspide de intercambio entre ambas: la interrupción del avance hacia el oriente del ejército de Alejandro Magno tras la llamada Batalla del Hydaspes.
            La explicación que propuso en principio la tradición occidental sobre este tópico ha prevalecido, repetida y magnificada hasta el hartazgo,  durante siglos. En ésta, se considera que el emperador de Macedonia, Alejandro, llamado Magno, y conocido en la India como Sikandar-e-Azam[1] detuvo su andar motu proprio tras un examen de conciencia ante la súplica de su propio ejército; para los estudiosos orientales modernos, esta explicación es insostenible. Revisemos los hechos.
            En primera instancia, Alejandro, tras derrotar a los persas, atravesó el río Indo con la intención de conquistar los pueblos que encontrara a su paso. El primero de ellos fue el reino de Taxila, cuyo líder, Ambhi, se rindió sin pelear, con la intención de apoyar a Alejandro en la conquista de sus propios enemigos naturales y ser instituido como sátrapa de la región.
            Ya con el apoyo del monarca de Taxila y el de su considerable ejército, el macedonio se dirigió al normalmente pacífico país de Paura, ubicado en el Panyab occidental, entre los ríos Hydaspes y Acesines (actuales Jhelum y Chenab), cuya ciudad capital se corresponde con la actual Lahore, con el fin de someter a su rey, Purushotthama (también llamado Poros, Pururava, Parvataka o Parvatesha por las distintas fuentes en que se registra su existencia) y hacerse de una nueva conquista, ganada en batalla, en territorio desconocido.
            Así pues, el ejército de Alejandro, con sus filas engrosadas por las del de Ambhi, se situó en la margen occidental del río Hydaspes, mientras que el ejército de Poros hizo plaza en la margen oriental. La batalla aconteció en los albores de la primavera del año 326 a. C., y sus pormenores pueden revisarse en algunos manuales de batalla antiguos y modernos[2], así como en no pocos programas televisivos documentales y páginas de Internet[3].
            En casi todos ellos —lo que no deja de resultar curioso— una mesnada de historiadores afirma la autenticidad del triunfo y la conquista de Alejandro en tierras indias, aunque su único sustento consista en la supuesta fundación de dos ciudades (Bucefalia o Bucéfala, edificada en honor a su caballo, muerto a resultas de las heridas en la batalla del Hydaspes, y otra, Peritas, en honor a su perro). Cabe señalar que la existencia de estas dos urbes —por lo demás, fácilmente atribuible a una fantasía— no se ha logrado comprobar por medios verosímiles, aunque algunos intentan reforzar sus teorías en vagas referencias metafóricas —la ciudad del caballo, la ciudad del perro— que consigna alguna fuente dudosa o, incluso, en nombres de dioses cuya fonética se acerca a la Alejandro, pero cuyas tradiciones anteceden en milenios al paso del hijo de Filipo II por la región, y de las que el único dato que se  conserva procede de fuentes latinas (herederas de la tradición griega), como la Bibliotheca Historica, de Diodoro Sículo, la Historiae Alexandri Magni, de Quinto Curcio Rufo o, por supuesto, el apartado referido a Alejandro en las Vidas paralelas de Plutarco (que cita fuentes numerosas, incluidas las cartas del macedonio y la desaparecida obra de historiadores griegos como Potamón o Soción).
            No es difícil, sin embargo, suponer que estas fuentes están cargadas de falacias y verdades a medias, disfrazadas con el fin de engrandecer la memoria de un antiguo monarca (más de dos siglos habían pasado en el momento en que se escribieron estos relatos), y si bien es cierto que a toda verdad histórica cabe hacer matices, al parecer, esta verdad histórica nunca fue tal, sino una elaborada mentira emitida con alevosía. El hecho de que las sucesivas crónicas occidentales las hayan reproducido no deja de causar cierta sospecha basada en el ánimo imperialista de las potencias mundiales.
            Más determinante es para mi propósito lo que sucede después: Plutarco cuenta que los macedonios no querían seguir con el avance sobre el territorio indio, que el ejército macedonio había perdido a miles, y que se sentía abrumado por lo numeroso y poderoso de los ejércitos que aún los esperaban en territorios desconocidos y tras cruzar un río profundo y violento; posteriormente, según el autor:
De enojo y de rabia se retiró Alejandro a su tienda y allí permanecía encerrado, diciendo que nada agradecía lo antes hecho si no pasaba el Ganges, y que miraba aquella retirada como una confesión de inferioridad y vencimiento. Mas representándole sus amigos lo que convenía y rodeando los soldados su tienda con lamentos y voces para hacerle ruegos, condescendió por fin y levantó el campamento, habiendo recurrido para forjarse ilusiones acerca de su gloria a arbitrios necios e invenciones extrañas; porque hizo labrar armas mucho mayores y pesebres y frenos para los caballos de mucho mayor peso, y los fue dejando y esparciendo por el camino. Erigió también aras de los dioses que aún en el día de hoy veneran los reyes de los prasios, trasladándose a aquel sitio y ofreciéndoles sacrificios a la usanza griega[4].
Estos últimos dichos y hechos parecen inverosímiles a simple vista, y resulta significativo que las fuentes grecolatinas originales los repasen de forma somera, a pesar de su trascendental importancia para los hechos posteriores, de modo que no dejan de parecer intentos vanos de justificar la salida del ejército de Alejandro de territorios indios.
            Cabe recordar en esta situación dos de las anécdotas que se cuentan entre las más famosas que en este lado del globo tienen como protagonista al insigne emperador macedónico, y tratan el asunto de las hostilidades en el Hydaspes.
            En la primera de ellas, Alejandro, vencedor de la batalla, al reconocer el terreno, ubica al imponente rey del ejército enemigo (se cuenta que Purushotthama superaba los dos metros de altura) y se le acerca para preguntarle cómo desea ser tratado. La respuesta que supuestamente dio Poros está registrada en varias fuentes documentales: “Trátame, oh, Alejandro como a un rey”. De este modo, sintiendo un gran respeto por el nativo del Panyab, y dando un gran ejemplo de magnanimidad, Alejandro habría decidido no sólo perdonarle la vida, sino mantenerlo en el gobierno de Paura como sátrapa, haciendo así de Purushotthama un aliado.
            En la segunda, cuya fama es sólo comparable con la de la doma de Bucéfalo o con la de sus encuentros con Diógenes de Sínope en Corinto, tras la batalla, el victorioso Alejandro cae de rodillas al suelo, llorando y, al preguntar Antígono —uno de los generales que lo había acompañado en sus campañas— qué le sucedía, Alejandro habría contestado: “Lloro porque no quedan más territorios que conquistar”.
            Historias lindas, sin duda, pero ¿qué tan ciertas?... De unos años a la fecha, tras nuevas revisiones históricas e historiográficas, ha surgido una firme tendencia a la que se suscriben  cada vez más especialistas, que asegura que en realidad la Batalla del Hydaspes fue la primera en que Alejandro sería derrotado en el campo, tras las varias que había ya perdido frente a la opinión de sus súbditos, indignados por los asesinatos brutales de Kalasthenese, sobrino de Aristóteles, su otrora insigne tutor; de Parmenio, uno de los generales más reconocidos por su padre; y de Cleitus, un noble macedonio a quien se contaba entre sus mejores amigos. Estos asesinatos y otras noticias de arranques de ira fueron determinantes en su configuración en la conciencia del pueblo como un hombre gobernado por su temperamento (véase en especial el artículo “Alexander, The Ordinary”, del profesor Dinesh Agrawal, del Colegio Estatal de Pensilvania[5]).
            La teoría de la derrota de Alejandro, por su parte, está muy bien sustentada, pues aunque se sabe que su ejército era mucho más numeroso, la organización de Poros, su capacidad como general y, sobre todo —a diferencia del macedonio— el no subestimar a su enemigo, así como la gran ventaja que proporcionaban el conocimiento del terreno y el uso de alrededor de doscientos elefantes de guerra (que presumiblemente eran capaces de infundir un terror profundo e insospechado a la caballería del ejército griego, por su tamaño y novedad) son elementos que cuesta mucho no tomar en cuenta.
            Por si fuera poco, existe la evidencia de un tratado en que se estipula que el ejército de Paura perdonaría la vida a los soldados macedonios que se encontrasen en los territorios aledaños. ¿Qué clase de ejército derrotado firma documentos en estos términos? No parece descabellado, a esas alturas, suponer a los soldados macedonios inofensivos y dispersos, cuando no amotinados y resentidos con su líder.
            Queda a juicio del lector, a pesar de todo, decantarse por alguna de las versiones con que nos ha dotado la historia (lo que en otros términos equivaldría a decir que será el lector quien otorgue a Alejandro de Macedonia una insigne victoria o una derrota dolorosa). Como fuese, cabe imaginar cierto el siguiente diálogo, que ha sido descubierto en un manuscrito recuperado de lo que se cree la vasija funeral de un líder religioso en las recién desenterradas ruinas de la que acaso sea aquella famosa y perdida Bucéfala. En el texto, Purushotthama le habla a un Alejandro, que llora compungido, arrodillado frente a él con estas palabras:

Evita ser, oh, Alejandro, como la nube de primavera, abrupta y desbocada, que llueve con intensidad y se derrama (a sí misma) hasta desaparecer. Imita en su lugar a la llovizna pertinaz y sosegada de los días de otoño, que se extienden por varios amaneceres. Si continúas como hasta ahora, temo decirlo, tu imperio tiene los días contados.

A la sazón, Alejandro Bicorne de Macedonia contaba con 30 años y llevaba diez en campaña, desde su ascensión al trono tras la muerte de su padre, Filipo II. El monarca murió sorpresivamente tres años después, el 10 de junio de 323 a. C., en Babilonia, a miles de leguas de su tierra, diez días antes de la llegada del verano, enfermo de malaria o, acaso, envenenado por sus propios hombres.
            Su imperio, tambaleante, sostenido únicamente por su figura, que para entonces era poco más que la de un fantoche —y que en absoluto se podía comparar con el estable dominio persa que en muchas partes había sustituido—, se repartió al poco tiempo entre varios de sus generales, hambrientos de poder[6], que se batieron entre sí durante 20 años, lo que derivó en una falta de estabilidad sin precedentes para el otrora poderoso imperio macedonio.




[1]En otros lugares, como es sabido, se le conoció por sus diferentes apelativos transmutados a su forma endémica: fue llamado Al-Akbar y Al-Iskandar por las tradiciones de oriente medio, así como Skandar en el idioma pashto (todos estos, derivaciones del nombre Alejandro); Alexander Mokdon y Eskandar-e Maqduni (Alejandro de Macedonia) por los hebreos y por los persas respectivamente y, también, Dhul-Quarnayn y Tre-Qarnayia (que en los idiomas persa y arameo significa, de forma correspondiente, El Bicorne y El de los dos cuernos).
[2] El Dictionary of Battles, de Thomas Harbottle (Cornell, NY, 1906, con múltiples reimpresiones) se considera de gran precisión histórica, a más de lo útiles que resultan sus apoyos gráficos.
[3] En cuanto a los documentales, destaca el producido por el History Channel, titulado “Alejandro Magno. Batalla del Hidaspes”; por su parte, resulta de notable interés la serie de mapas y videos contenidos respecto de esta batalla en la aplicación web especializada que se aloja en la dirección http://www.theartofbattle.com/
[4]Plutarco, Vidas paralelas, Porrúa, México, 1964 (con múltiples reimpresiones), p. 247.
[5]http://www.sify.com/itihaas/fullstory.php?id=13225593, consultado por última vez en septiembre de 2011.
[6]A saber, Seleuco, Ptolomeo, Antígono, Lisímaco y Casandro, que en lo sucesivo serían denominados ‘diádocos’, es decir, sucesores.

*Versión publicada en la Revista Cinzontle, de la DAEA, de la UJAT (julio-diciembre 2012, disponible para el público general hacia mayo de 2014).

domingo, 27 de enero de 2013

Boy Scout Barker

Clive Barker contó en su cuenta de FB que había sido Boy Scout:

I remember being sent home early from a trip to Wales with the Boy Scouts [ Yes,of course I was a Boy Scout. All that knot tying and ceremonial oath swearing;it was the essential guide to Sado Masochism for Boys.I couldn't have written Hellraiser without a certain Saturday Ritual invented by my troop which I remember fondly whenever I dip my balls in tequila.] Anyway they send me home because I volunteered to tell a scary story one night and some of the kids thought I was possessed because I was speaking in tongues.

Luego agregó:

One last element to this story. I am changing names to protect those whose lives have long since ventured into suburban banality, but all that follows is true. I, for all my dark thoughts, knew nothing about homosexuality, except that famous men did it and when they were caught were publicly humiliated, and often destroyed by the things that were said about them... But there was fear in my gut that this bad thing could put me in prison if I was caught doing whatever it was. I know I must sound absurdly naive, but there was no television in our house and certainly no reference to this life-destroying disease, sin or whatever it was available to me. Regrettably, certain members of my family, realizing that there was a taint of the queer hidden in my cautious gaze, chose to use my fear of sealed cells to make my early teens absolute Hell... But love found me when I was fourteen. A kid who taught mae what certain words meant. But better still, taught me to accept his love, and to return it. We were together for almost three years, sinless and happy, free of fear.

Antes de que subiera esta linda parte de la historia (que sólo dejo como referencia), escribí los versillos que siguen, jojo... Espero sean del agrado del amable público lector:


Boy Scout Barker


Clive Barker was a Boy Scout! I would have never thought;
but after all, 'f you think it through, he knows a whole damned lot
of whisp'ring woods, self conscious rocks and leaves that soon will rot
into the dirt where creatures hurt you and cut you all for naught.

Clive Barker was a Boy Scout... I should have guessed before!
Not everything is learned in books where birds cry 'Nevermore!'
His wits, his plots, his scattered guts, and all that ancient lore
comes from the times around the fire he told his tales of gore.

Clive Barker was a Boy Scout. 'Twas obvious! Was it not?
Of course he was a Boy Scout: he told us of his knot
tying and that ceremonial swearing of an oath.
He can get out and move away: deny what had him wrought,
but after all, he will be back to Jerusalem's Lot.


martes, 4 de septiembre de 2012

Requiescat In Pace, Michael Clarke Duncan

Cuando apareció Armaggedon en 1998, esa película pésima (y encantadoramente palomera) uno de los temas habituales entre quienes recién ingresábamos a la escuela preparatoria no era tanto el heroísmo de un grupo de seres humanos comunes y corrientes para defender al planeta, ni el sacrificio de Bruce Willis o la consecuente pérdida del padre para Liv Tyler; ni siquiera, vamos, sus sorprendentes curvas o la insistencia en que ella era "la chava que salía en los videos de Aerosmith", sino el tamaño del tipo, hasta entonces desconocido (aunque ya llevaba algunos años en el medio, haciendo papeles menores), que había hecho el papel de Bear. Todos estábamos seguros de que lo veríamos de nuevo. No sabíamos, eso sí, con qué tanta frecuencia.

Al año siguiente, sorprendió a todos con su actuación en The Green Mile, papel con el que fue nominado al Oscar y al Globo de Oro, y ganó un premio Saturn. Desde entonces trabajó incansablemente en un gran número de proyectos --casi 80--, entre videos musicales; videojuegos; series, films y animaciones para TV y, por supuesto, películas de cine, en varios géneros.

Imposible resulta saber si ese ajetreado ritmo de trabajo influyó de alguna manera en el problema cardíaco que demostró sus síntomas de manera intensa a partir de mediados de julio de este año. Al menos en apariencia, era un tipo tranquilo y relajado, con una sonrisa fácil y gran amabilidad, a pesar de su gran carga de trabajo y de ese enorme corpachón que tenía, por lo que no era difícil identificarlo con la figura de gigante bondadoso.

Aquí, una de mis escenas favoritas entre las muchísimas en las que apareció durante su larga y fructífera carrera, y que justamente platicaba entre risas con mi hermano Rodrigo la noche del 2 de septiembre, unas horas antes de su muerte.



domingo, 26 de agosto de 2012

De mi primer domingo tranquilo en casa en mucho tiempo

1) Hacía mucho tiempo que no disfrutaba de un domingo en casa, olvidándome momentáneamente de todos los pendientes (que son muchos), de todas las voces contrariadas, del ruido (el rugido) del mundo. La contemplación debería ser un derecho humano inalienable.

2) Cae la tarde; las iguanas se tienden en la barda a disfrutar la brisa fresca sobre los abrojos de hierba perezosa. La lluvia lavó el ambiente en los alrededores de la laguna con espuma de árbol de pan. Las nubes mantienen el sopor. El zumbido persistente de las chicharras recuerda que el verano se extiende aún sobre la tierra.

3) He vuelto a leer El miedo a los animales de Enrique Serna. Debería venir en los programas de secundaria. Lo propondré para un círculo de lectura en el que se considere la revisión de autores eméritos del pensamiento latinoamericano (Bolívar, Sarmiento, Martí...). =P.

4) He vuelto, asimismo, a la lectura de Torri. Qué lucidez. Sigo siendo admirador de su prosa límpida fundamentada en breves iluminaciones. En poco tiempo, sin duda, retomaré mi abandonada tesis.

5) Qué pena no haber podido asistir a la boda de mi buen amigo R. Planeé todo para ir, pero el cuerpo dijo otra cosa. Y una serie de eventos curiosos se acomodaron perfectamente para impedir el viaje. De cualquier forma, no me arrepiento, y ha valido la pena pasar el primer fin de semana en mucho tiempo sin prisas ni correteos.

6) Qué buenas semanas han sido las pasadas, aun con sus dificultades y falta de tiempo. Estoy satisfecho con el trabajo realizado y entusiasmado para lo que viene.

7) Green hearts. Green hearts everywhere.

viernes, 24 de agosto de 2012

De los lugares comunes

En el campo de la literatura, la mayor parte de los espíritus creativos cuya producción artística es escasa atribuyen esta falta al perpetuo temor de caer en el lugar común. Alegan incluso que  la falta de dudas ante la página en blanco generalmente se debe a la ignorancia o a la inexperiencia, y aseguran que la llamada inspiración no es sino un invento de los griegos, que podían permitirse construcciones lingüísticas a diestra y siniestra con absoluta libertad, pues en su época hasta el lugar más común estaba aún inexplorado. Abiertamente los desdeñan y restan valor a su trabajo. De forma secreta los envidian hasta que la sangre les hierve, y quisieran haber vivido en la antigüedad, desplazándose ligeros por los mercados de Atenas, sin decidirse si atender a la Academia o sumergirse en los placeres dionisíacos que prometían en cada esquina los burdeles bulliciosos.

Este temor es en sí mismo también un lugar común, y es un lugar común decir que no hay nada original, y que los mitos son colecciones de lugares comunes, y que toda historia que toque las fibras sensibles del individuo debe basarse en un mito, y que no por ello todo esto es menos cierto. Y además, a fin de cuentas, esto importa poco o nada. ¿Qué de malo tiene, pues, emular a Homero, a Esquilo, a Horacio o Cicerón? ¿A Dante, a Shakespeare, a Cervantes? ¿A Wordsworth o a Goethe? ¿A Thomas Mann? ¿A Reyes, a Borges? ¿A Rulfo o Arreola? ¿A Tolkien? Todos, de algún modo, han fincado sus historias en otras que las preceden, y todos se han repetido y se repiten mutuamente hasta el infinito. Al final, y este es, para no variar, un lugar común también, la figura del autor está sobrevaluada.

Así pues, y sin excusas, escritor: escribe. Escribe, escribe. ¡Escribe! A fin de cuentas, lo peor que podría pasar es, con o sin conocimientos previos, con o sin educación literaria formal, con o sin intención de hacerlo, volver a escribir un clásico de la literatura o, ya de plano siendo crueles, una nueva Guerra de las galaxias o unos novísimos Harry Potter o Crepúsculo.

O, pensándolo mejor, no escribas nada.

viernes, 16 de diciembre de 2011

Nos olvidamos un rato del mundo... y eso tiene consecuencias.

sábado, 28 de mayo de 2011

Recomenzar

Siempre cometo el mismo error. Una y otra y otra vez. Muchos errores a partir de uno solo, que me ha envuelto en oscuridad en muchas ocasiones.

Me pondré nuevamente a prueba. Mi voluntad será mi tabla de salvación.

martes, 15 de marzo de 2011

Intoxicación

Hace un rato me encontré con este texto, escrito hace dos fines de semana, durante una intoxicación con ácido acetilsalicílico que hizo que mi cara se hinchase como un globo (Elephant man? I was that guy two Saturdays ago). Por alguna razón, tuve que salir un rato de casa y dar una caminata por el centro de la ciudad... que hizo estragos con mi ego, jajaja.

Aquí el resultado, pues:

Nosotros los feos

La ciudad está llena de espejos
no es un buen lugar para los feos
rehuir ventanas     aparadores     vidrios cualesquiera
no es cosa fácil en la ciudad
salir de casa con una venda en los ojos
como caballo en corrida de toros
es la única manera
la única
aunque de vez en cuando vengan cornadas
de los lugares menos esperados

jueves, 11 de noviembre de 2010

Went for this:

Ended up like this =/...

martes, 2 de noviembre de 2010

Rol decimal

[Actualizada a las 10:00pm]

(Continuación de la calavera de Nuye).

Tras los cantos y los vinos
pa’ celebrar la no-muerte
de Nuye, a quien, por suerte,
salvó el dios de los caminos,
la party de adamantinos
héroes yace bajo tierra
descansando de la guerra,
de la peste y otros males,
en las zonas abismales
de una selva entre la sierra.

Pero no has de preocuparte,
escucha del canto mío;
aleja ese escalofrío
y disfruta de mi arte:
Los dueños del estandarte
del heroísmo más puro
’stán más vivos, me aventuro
a decir, que lo que nunca
han estado, y nada trunca
su vida en el pozo oscuro.

Y me explico, si prefiere
vuesa merced que lo haga:
La partida entera vaga,
como si se compitiere
(Behrein canta un miserere)
para ver quién vaga más,
y así llegaron nomás
por la leyenda local
a un baño de temazcal
para estar un rato en paz

antes de partir al viaje,
pues se acercaba la hora
tras semanas de demora,
de fiesta y libertinaje
(¡ah, con estos personajes!).
Así, pues, se despidieron
tan pronto como salieron
del baño de temazcal.
Alguno lloró (es normal:
eso todos lo admitieron).

Acaso por verse, todos
se sintieron remozados
al salir hacia los lados
a que partieron, ni modos.
O acaso fueron los lodos
del temazcal secreto
al que fueron como un reto
durante la gran verbena
lo que les quitó la pena
y la vejez por completo.

No sabían los precedentes:
aquella cueva lodosa
(nadie dijo alguna cosa
sobre las piedras calientes
más que Behrein, entre dientes:
“Oh, por Pellor, this feels good”),
era el lugar de virtud
que cantaban los sapientes:
Los manantiales, las fuentes
de la eterna juventud.

Partió, pues, solo, hacia el norte
el clérigo Berenjeno,
donde tradujo lo ajeno
con destreza y con buen porte,
esperando el pasaporte
muy pronto poder sellar:
ver, conocer y viajar
por decenas de países.
Solamente echar raíces
cuando encontrara su hogar.

Tomaron rumbo común
el ranger y Chuchoriethko.
Llevaban sólo refrezco
y algunas latas de atún.
El mediano montaba un
elegante pony blanco,
mientras Nuye, a salto y tranco,
avanzaba sobre él
como si fuera un doncel,
un virtuoso saltimbanco.

No tan lejos, Ali-Khan
—esa bruja poderosa,
certamente, ma che cosa!
que domina el huracán,
el rayo, el trueno, el volcán... —
con sapiencia natural,
a la juventud mortal
ella adoctrina con gana
pa’ que el brujo del mañana
sea un orgullo universal.

Con Frjöpjofur marchó Alana,
que aguantaba sus esquemas,
sus planes, estratagemas
y su mirada insana
con paciencia sisifeana
y dotes de enamorada.
La locura fue curada
y fray Frjöpjofur también
se hizo un hombre de bien,
sano hasta en la mirada.
(Al principio iba también
una dragona plateada)

Hacia el sur fue una partida;
eran dos: Ludwig Kaled
(medio elfo, sepa usted),
el aguerrido druida
con su armadura bruñida
y Asteroth, el paladín,
poderoso espadachín,
con deteriorada fe,
toneladas de HP,
argüendero y parlanchín.

Anduvieron largo trecho
por un risco interminable
y aunque no es recomendable,
recordando lo ya hecho
años antes, por despecho
del Master, sin tantas ganas
Ludwig devoró bananas
cual hambriento orangután.
Bastante mal acabó
cuando al fin se despidió
justo en Minas Tirithlán.

¿Volverán a estar, por cierto,
nuestros héroes todos juntos,
componiendo los asuntos,
desfaciendo los entuertos?
Quizá cuando ya estén muertos,
pero en verdad, nadie sabe.
Mientras, dentro’e lo que cabe,
y a la luz de la memoria
se rescatará una historia
de amistad. Esa es la clave.

jueves, 19 de agosto de 2010

Escorpio
Escorpio
La conjunción de la Luna con su planeta regente, Plutón, puede intensificar los sentimientos de una manera que tensa sus interacciones con los que le rodean hoy. Pero no se trata de ocultar sus emociones, sino de enmarcar sus palabras para que otros no se asusten. Si alguien se cierra antes de conocer sus conclusiones, su mensaje se perderá antes de que sea entregado.

- - -

y... que ha estado atinado el horóscopo últimamente...

miércoles, 18 de agosto de 2010

Entimema

Juan Sandoval Íñiguez, ergo, Dios no existe.

viernes, 13 de agosto de 2010

Damn

Escorpio
Escorpio
La Luna de Libra sacude a su décimo segunda Casa de los Secretos y es muy probable que tenga algunas cosas que no va a decirle a nadie. Sin embargo, está tentado a revelar algo muy privado sobre usted y podría extralimitarse y compartir más de lo que debiera. No piense que todo lo que dice ahora resultará bien. Si está pensando en confesar, tómese unos minutos para recordar sus razones para guardar silencio, antes que nada.



- - - -

¡¡¡Pero si no era un secreto!!!

Jm.

miércoles, 28 de julio de 2010

Un libro

Seguramente debo a las marchas forzadas de mi cerebro en estos días, a lo poco que descanso por las noches y a una reciente plática con Rechy Tenenbaum un sueño que podría conformar la trama de un cuento futuro.

En el sueño se suponía la existencia de un libro que era una especie de divinidad, o que compartía algunos de sus atributos (ubicuidad, omnisciencia). Una vez que se accedía al conocimiento de ese libro (de una manera extraña, oculta), era imposible dejar de leerlo. Abrir cualquier otro libro era abrir ese mismo, aumentar el conocimiento de ese libro, su entramado. No es que continuara una única y misma historia --lo que sería, si acaso, espantoso o ridículo-- sino que al leer, por ejemplo, el Ulises de Joyce, el cerebro o algo superior al cerebro trazaban los caminos que hacían que el texto de Joyce se añadiera a la historia y la trama de aquel libro imposible. Que al leer "Imponente, el rollizo Buck Mulligan apareció en lo alto de la escalera" se estuviese leyendo parte de ese libro. O al leer a Kafka, Homero o cualquier otro. Y lo mismo al escuchar con nostalgia una vieja canción en la radio o al mirar las noticias en el televisor. Supongo que ese libro sería un símbolo del universo o, por lo menos, de la vida, que es la manera en que cada quien percibe al universo.

Tal vez no llegue a escribir este cuento; tal vez lo abandone antes de comenzarlo por su similitud con “El Zahir” o con The Matrix.

jueves, 1 de julio de 2010

escritura, escribición

En algún momento de mi vida me sentí muy cómodo al escribir ensayos. La exposición de ideas se daba de manera natural al tiempo mismo de la redacción; la forma misma del texto terminaba por completar mis ideas, ofrecerme posibilidades y definir la más adecuada para continuar; podría decirse, para efectos prácticos, que me la dictaba.

De un tiempo acá, me quedo estancado en el punto exacto anterior a la definición. No sé exactamente cómo, pero cerebro se cicla y las muchas líneas que marcan las posibilidades del texto se entrecruzan y enredan, entro en una especie de pánico y escapo a la realidad, con sus compras, sus limpiezas y su mundial de futbol; a la redacción de minificciones, a ayudar a otras personas con sus textos [pues no tengo problema alguno en textos de creación ni tampoco --y esto resulta francamente doloroso-- en textos meramente informativos o burocráticos (informes, cartas, notas periodísticas)... Y en esa consecuencia inesperada y desagradable terminaron los tres años en la SEV], a lectura de noticias y de blogs, al facebook, a la nada.

La improductividad resultante en cuestiones académicas ha terminado por ser aterradora y el claro perjuicio que esto provoca en la redacción de mi tesis es más que palpable a estas alturas. Y aunque resulte en buena medida grosero y tonto, esto que les cuento (si es que alguien vuelve acá algún día) apenas lo he pensado ahora, tras intentar en varias ocasiones, para un curso que he tomado recientemente, abordar la redacción de un ensayo breve sobre un texto que, además, he disfrutado mucho.

Me dispongo a hacer un último intento. Pronto, el resultado.

lunes, 12 de abril de 2010

Un hijito de puta acaba de llamar queriendo extorsionarme. Ya saben, diciendo el nombre de un familiar y su dirección, y que era un Zeta y que nos llevaría la chingada a todos... Creo que lo manejé bastante bien, y hasta con cierto chacoteo burlón del que no se dio cuenta, pero hacia el final, antes de despedirme, dijo que conocía dónde trabajaba mi madre, y me puse un poco nervioso entró mucho pinche miedo, lo que ahora me molesta; la llamé al celular cuando el tipo ese aún parloteaba queriendo convencerme.

Antes quienes se dedicaban a la extorsión al menos hacían trabajo de campo, buscaban datos duros, elementos suficientes para chantajear. Ahora los huevones toman el directorio telefónico, escogen un nombre y un número al azar y ponen a prueba su capacidad actoral.

Ya saben, lo de siempre: no pongan tanto de ustedes mismos en el Facebook, y procuren ser discretos en general. Quienes tengan hijos, instrúyanlos para no dar información de más a nadie, nomás sin paranoiquearlos, ¿no?

Pinche gente sin quehacer.

T___T

[Actualización, recomendada por Armandís de Mina]

jueves, 11 de marzo de 2010

1. / en mi frágil / planeador
(no timiasustes, mi Lorsss)

2. ¿Quién tiene mi

-Momo
-Moby Dick
-Matadero 5 
-Into  the wild (OST) [... El puro disco T_____T]
-VS [Joooder...; dos carátulas, cero discos]


3. Holly magolly!! Agh-man-duá, King of tha Hill =O. All tha brothas in tha house just worship you, your beard & mustache...

4. Creo que ya. Pinchi depre, duró más de lo que había planeado, tú.

viernes, 5 de febrero de 2010

Galopan fugaces cirros de crines oscuras
y los cúmulos llueven; se rompen en relámpagos.
Yo lluevo también, me precipito.
Fluyo en las trémulas ondulaciones del tiempo.

El mundo parece haber cambiado, sin embargo,
sobre mí, a mi alrededor, permanece imperturbable
tu nombre, llamarada
que todo lo ilumina.