Él y yo hemos llegado a un acuerdo. En busca del equilibrio, sólo las pesadillas necesarias. Sin caprichos, ni tragos amargos de espacios en blanco.
La servilleta fue un olvido; nada hubo de intención en ello más que la escritura.
(
el pequeño mono me mira
quisiera decirme
algo que se le olvida!
)
Y de nuevo la neurosis, moderada, y de nuevo -¡por fin!- la escritura, que a ratos se quedaba estática ante la brutal intrascendencia de la tinta.
Bienvenido de vuelta, Su Alteza, Rey Baldemar. ¿Desea un poco más de tabaco?
Terrible things are going down
Hace 16 horas
No hay comentarios:
Publicar un comentario