Antes quienes se dedicaban a la extorsión al menos hacían trabajo de campo, buscaban datos duros, elementos suficientes para chantajear. Ahora los huevones toman el directorio telefónico, escogen un nombre y un número al azar y ponen a prueba su capacidad actoral.
Ya saben, lo de siempre: no pongan tanto de ustedes mismos en el Facebook, y procuren ser discretos en general. Quienes tengan hijos, instrúyanlos para no dar información de más a nadie, nomás sin paranoiquearlos, ¿no?
Pinche gente sin quehacer.
T___T
[Actualización, recomendada por Armandís de Mina]