lunes, 12 de abril de 2010

Un hijito de puta acaba de llamar queriendo extorsionarme. Ya saben, diciendo el nombre de un familiar y su dirección, y que era un Zeta y que nos llevaría la chingada a todos... Creo que lo manejé bastante bien, y hasta con cierto chacoteo burlón del que no se dio cuenta, pero hacia el final, antes de despedirme, dijo que conocía dónde trabajaba mi madre, y me puse un poco nervioso entró mucho pinche miedo, lo que ahora me molesta; la llamé al celular cuando el tipo ese aún parloteaba queriendo convencerme.

Antes quienes se dedicaban a la extorsión al menos hacían trabajo de campo, buscaban datos duros, elementos suficientes para chantajear. Ahora los huevones toman el directorio telefónico, escogen un nombre y un número al azar y ponen a prueba su capacidad actoral.

Ya saben, lo de siempre: no pongan tanto de ustedes mismos en el Facebook, y procuren ser discretos en general. Quienes tengan hijos, instrúyanlos para no dar información de más a nadie, nomás sin paranoiquearlos, ¿no?

Pinche gente sin quehacer.

T___T

[Actualización, recomendada por Armandís de Mina]