1) Hacía mucho tiempo que no disfrutaba de un domingo en casa, olvidándome momentáneamente de todos los pendientes (que son muchos), de todas las voces contrariadas, del ruido (el rugido) del mundo. La contemplación debería ser un derecho humano inalienable.
2) Cae la tarde; las iguanas se tienden en la barda a disfrutar la brisa fresca sobre los abrojos de hierba perezosa. La lluvia lavó el ambiente en los alrededores de la laguna con espuma de árbol de pan. Las nubes mantienen el sopor. El zumbido persistente de las chicharras recuerda que el verano se extiende aún sobre la tierra.
3) He vuelto a leer El miedo a los animales de Enrique Serna. Debería venir en los programas de secundaria. Lo propondré para un círculo de lectura en el que se considere la revisión de autores eméritos del pensamiento latinoamericano (Bolívar, Sarmiento, Martí...). =P.
4) He vuelto, asimismo, a la lectura de Torri. Qué lucidez. Sigo siendo admirador de su prosa límpida fundamentada en breves iluminaciones. En poco tiempo, sin duda, retomaré mi abandonada tesis.
5) Qué pena no haber podido asistir a la boda de mi buen amigo R. Planeé todo para ir, pero el cuerpo dijo otra cosa. Y una serie de eventos curiosos se acomodaron perfectamente para impedir el viaje. De cualquier forma, no me arrepiento, y ha valido la pena pasar el primer fin de semana en mucho tiempo sin prisas ni correteos.
6) Qué buenas semanas han sido las pasadas, aun con sus dificultades y falta de tiempo. Estoy satisfecho con el trabajo realizado y entusiasmado para lo que viene.
7) Green hearts. Green hearts everywhere.
domingo, 26 de agosto de 2012
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