martes, 20 de enero de 2009

now, hold your horses, people...

Aún falta "lo bueno"... el pedo es que escribí lo que sería mi entrada temprano en la mañana --en mi libretuca nueva (Grax, Laurísima querida)--, antes de zambullirme en ese laberinto de contradicciones sintácticas y de origen, que tergiversan de tan fea manera mi propia redacción y, oh, so tipical, la olvidé en la otra oficina.

En fin, que aguanten, porque por supuesto quedan cosas qué contar.

Salud, pues...

y esta rola

lunes, 19 de enero de 2009

2008 - lo malo y lo feo

Fue para mí un año raro el que acaba de terminar. Como he comentado a algunos amigos, a mediados de diciembre sentí algo que siempre temí al escucharlo de otras personas, siempre mayores que yo, normalmente durante las reuniones y cenas que se acostumbran en esa época; sentí, decía, que no hice nada.

Y es que tenía pensadas algunas cosas para ese 2008; ninguna escrita a manera de propósitos, ni mucho menos, sino sencillamente cosas que pensaba hacer, escribir, lograr el año recién terminado. Las más significativas, respectivamente, irme a vivir en DF con quien pensé era la mujer de mi vida (paf), escribir la tesis y obtener una de las dos becas para escritores novatos que dan en el país.

De esas, nada. Todas, en su momento, significaron hasta cierto grado un golpe a los cimientos sobre los que pensaba estar bien sostenido. La primera se fue diluyendo a principios de marzo, y se fue finalmente al caño casi al finalizar la semana de pascua; de las becas, finalmente no mandé nada para el FONCA, y me enteré de que no había quedado en la FLM por septiembre, creo... recuerdo que tuve el tiempo suficiente para preparar mi documentación para la local, que acá en Veracruz otorga el IVEC y poder así decepcionarme nuevamente el 21 de diciembre, cuando salieron los resultados; de la tesis fue por esas mismas fechas, ya muy cerca de fin de año, cuando me di cuenta de que no había avanzado casi nada y me sería imposible escribir algo que valiera la pena en lo que quedaba de 2008.

Todo esto me condujo a algunas conclusiones que comparto a continuación para su juicio y divertimento:

1) No debo reducir mis opciones a nada que dependa de la decisión de alguien más. Esto, desde luego, en lo relativo a la mudanza --para la que tenía más preparativos de los que al final fueron necesarios-- y a las becas --en las que, además del talento y la capacidad del aplicante, cuentan siempre la subjetividad y el gusto de los jurados--.

2) No soy tan chingón como hasta ahora había creído (¡¡aaaauch!!... no tienen idea de lo difícil que resulta aceptar esto a un egotista-egoísta-egocéntrico-narcisista como yo...).

3) Mientras esté en este laburo, me resultará imposible terminar la tesis, pues el tiempo que en teoría podría ocupar para adelantarla se me va en terminar trabajos pendientes que, además, no tienen fin; siempre hay más en la fila...

(Puntos suspensivos o conclusión número cuatro) Para acabarla de chingar, parezco notar en mi redacción cierto resabio de la manera de redactar del viejito loco cuyo libro estuve corrigiendo toda la mañana.

Fuck.

Parece algo tarde

para escribir la primera entrada del año. Estoy de acuerdo. Hace rato que no le puedo meter a esto el tiempo que requiere; menos, el que me gustaría (que es un poco más que el que requiere).

Estuve tentado a escribir un post en el que pronunciara oficialmente al blog en un hiato indefinido. Me contuve porque pensé en lo ridículo que eso hubiera parecido si podía hacerme un ratito cualquiera en un día cualquiera --como hoy-- a pocos días de eso.

En fin, he pensado en muchas posibilidades para poner una entrada, pero supongo que la primera después de este ratote debe tener que ver con el año que terminó hace ya diecinueve días (y, fuck, con lo rápido que pasa el tiempo).

Hablar sobre 2008, pues, sobre lo que en él me pasó, sobre lo que en él marcó un hito para lo que sigue.

Venga, pues.

jueves, 18 de diciembre de 2008

Ni por la vergüenza

Hace unos días se me quemaban los dedos por escribir algo, cualquier cosa, por tener algo de tiempo pa postear. Tuve algunas ideas para las entradas, nunca las desarrollé. Espero baste para ustedes por ahora el saber que tendré un poco más de tiempo para dedicarle a este desma.

Estuve un par de semanas (y un poco más) en una oficina distinta a la mía, en la que trabajan dos muy buenos amigos, a quienes, tras esta experiencia, ahora respeto mucho más. Qué temple señores; aplausos para ustedes.

En esa oficina, estimado lector, hermosísima lectora, hay un permantente entorno de tensión. No es, no, que todas quienes trabajan ahí sean chismosas y sus viperinas lenguas las obliguen a estar más preocupadas por ver lo que hace el de al lado que por hacer bien su trabajo (que, al final, me parece, hacen bien), pero, fuck, con una que haya, todo se viene abajo. En esa oficina falta el aire.

Ah, claro, yo también tengo la culpa. Yo y mi estúpida imposibilidad para cumplir adecuadamente con los horarios. ¿Qué les puedo decir?

Abrazos pa todos. Salud y fuerza, Armando, Ernesto. In bocca al lupo...

lunes, 8 de diciembre de 2008

numeralia

otro año...

se acabaron los primeros 27.