Tengo un largo historial de pérdidas de teléfonos celulares. He perdido todos y cada uno de los que he utilizado. Como que de algún modo llegan a su tiempo límite y no soportan más estar conmigo.
El miércoles 24 de junio estuve en Puebla; visita relámpago: concierto de Calamaro. Todo genial. Me quedé con mi primo Julio a quien no veía hacía ocho años. Qué gran tipo. Olvidé mi celular.
El lunes (antier) fui a buscar el dichoso artefacto a multipack. Julio tuvo la gentileza de, incluso, pagar el flete (¿no les digo?, un tipazo, sin duda).
Ayer martes una chica se sentó demasiado cerca de mí en el camión de regreso a casa. Yo --que estaba distraído leyendo a Conan Doyle-- me separé un poco; ella volvió a acercarse y yo a alejarme. Volteé a verla, se hizo la desentendida y se levantó. Dejó su canasta de pan en el asiento, cubierta, hasta que el camión se detuvo y se bajó. Estuvo pocos minutos arriba.
Aún me hace falta revisar bien en mi recámara, que está a medio levantar, pero tengo la sospecha de que ella tomó mi celular.
It was time, I suppose. Si aparece, les aviso.
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[Actualización]
Y esta rola, sólo para ti ;)
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[Actualización 2]
Encontré el cel; estaba abajo de la almohada, duh. Lo primero que hice fue pasar el directorio a una libreta o_O.
miércoles, 8 de julio de 2009
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3 comentarios:
yo digo que fue la gorda...
por eso no cambio mi celular, además, estoy segura que en algún evento alcohólico podría perderlo...
bonne chance!
Jajajajajaja ya ni chingas carnal!! yo nunca he perdido un cel (he tenido sólo tres en la historia de las comunicaciones)el segundo murió ahogado en la playa de farallón, claro en una peda gloriosa y el que traigo todavía tiene cuerda...
Saludos
Nada nada, este post fue nada mas para presumir que una mujer se te estaba arrimando en el camión.
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