Un fin de semana como pocos, de reencuentros y pláticas, de juegos, de cerveza, Calamaro y don Elíades, hot cakes, familia, alberca y arracheras. De cosas que nunca pensé escribir en mi celular ("¿A qué hora es la misa, carnal?"), de falta de tiempo para ver a todos los que quería (Vi, Eljose, Jonathan, Edu, don Zapatón), pero el suficiente para ver a otros tantos (Esbed -¡Nos picaron las pulgas, muxer!-, Jes, Vale, Rul, Raúl & Lupita, Mutter, Rodrigo, Abuela, Pichulfito, Marisa, tías y tío).
El sacerdote hablaba muy parecido a como lo hace Felipe Calderón. Un demagogo insulso, como tantos otros sacerdotes y políticos. Un cartel curioso en el periódico mural: [Con su Donativo de $100, se le regala un boleto para la rifa de un automóvil Blablablablabla blabla. Venta de boletos aquí en la parroquia].
Ya junto al río y el sopor que provoca automáticamente el bautizo -¿será una reminiscencia de los años mozos?-, una payasita que seguramente me hubiese hecho llorar de niño. Eso sí, sabía cómo hacer animales y otras cosas -que espero fueran espadas-, de globo, y mantuvo bastante entretenida a la concurrencia infantil y a todos los que quisieran actuar como si fueran parte de ella (algunos papás hicieron carreras en gatas y otras cosas). También Omar y el Jolver -¿así se escribirá?-. Coatza, sobre todo, una deliciosa y larga plática dividida en fragmentos que comenzó y terminó en distintos andenes del adeó.
Villahermosa por la noche. Una nueva plática que duró buena parte de la madrugada. Otra vez, por supuesto, la muerte. Los funerales, me dice, son como parte de un sueño, aun mientras suceden, y parecen no formar parte de una continuidad temporal real. Al día siguiente, hacer el desayuno, abuela y primo visitantes, piscina, Caballeros del Zodíaco, W11, y por un momento tengo 10 años. Después, casa de la abuela y Pachuca campeón.
Coatzacoalcos y Villahermosa. He escuchado cientos de veces esa construcción fonética -normalmente antecedida por Xalapa y Veracruz-, pero pocas ha significado tanto como ahora.
Otra vez, cansado y contento. Otra vez ha valido la pena.
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Den la bienvenida -de preferencia en forma de lombriz- a QUELONIA TESTUDINA.
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Y no se preocupen, ya no vuelvo a poner textos en verso =): Gracias Vi, Midori, M, Nolo, A. Dellira y Ro, que me hicieron saber su opinión. También a Polo y al buen Matt y a las otras doscientas quince personas que pasaron por acá en la semana que se quedó ese post, aunque no hayan puesto nada, ni dejado estelas ni muestra alguna de ello. Entiendo que es complicado comentar textos así.
Salús a todos.
martes, 29 de mayo de 2007
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