Un lobezno es tan indefenso contra cualquier depredador del bosque como podría serlo un corderito en descampado. Te fuiste de nuevo, pequeño, buscando un camino a tu propia vida y regresas ahora con la cola entre las patas siendo, acaso, la mitad de lo que eras. Esas ojeras no te van bien. Tampoco esos ojos rojísimos de llanto. Es tiempo de que vuelvas bajo mi cobijo, bajo mi consuelo. Ven y protégete. Seré otra vez tu armadura contra el mundo.
Foto: Fenris/Fenrir en Wikipedia
viernes, 4 de agosto de 2006
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