Actvalización: vn videillo qve envió Vera.
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Mi último sueño: veía a un insecto alado; algo así como una polilla coloreada de blanco y negro; muy bonito el animalillo, grande y vistoso. Poco después eran cinco, quince, cuarenta las polillas. Yo estaba en mi cama, ellas en la pared, luego en el piso. Me movía al recibidor y también ahí había; al principio, un solo montón, junto al librero. Distinguía que en una se definía claramente la forma de una espiral (¿alegoría del tiempo?). Ahí se tornaba desagradable. Empezaban a caerme en la espalda, a meterse por mi boca y asfixiarme. Regresaba a la recámara; había muchísimas. No me dejaban respirar. Desperté con un acceso asmático.
martes, 29 de diciembre de 2009
miércoles, 23 de diciembre de 2009
Ná de ná
Pues hasta ahora todo bien en Villahermosa. Este es uno de los períodos más activos y más productivos que he tenido nunca. Las cosas van saliendo bien y parecen regresar a su lugar, al lugar en el que estuvieron hace un poco más de dos años, antes de echarlo todo por la borda --abrón, con mis frases hechas/analogías marítimas--; es decir, empezando en este submundillo que, si se logra evadir el tufo a mamonería y posudez, puede ser muy gratificante, cómo no.
viernes, 18 de diciembre de 2009
Lejos, como estamos, sobrevuela una duda. Las circunstancias, los tiempos, le dan forma e imagen conforme lo pienso, hasta hacerla, a ratos, certeza ineluctable.
Mi corazón, cualquiera que sea la circunstancia, está contigo. Yo, el yo concreto, el imbricado en esta realidad que nos domina, por otra parte, no sabría mi posición en este juego. Como sea, queda continuar, hacer lo mío, como desde el principio había planeado.
A ratos, también, viene a mi cabeza otra posibilidad. Que tú me digas "Nooo, ¿cómo crees?", de esa manera que tu tienes de hacer y decir las cosas. Que ambos nos riamos buenamente de todo esto, que sea un disparate. El alivio que sentiría si así fuera.
La duda, entonces, persistirá hasta el encuentro, me parece.
Te abrazo y beso.
Mi corazón, cualquiera que sea la circunstancia, está contigo. Yo, el yo concreto, el imbricado en esta realidad que nos domina, por otra parte, no sabría mi posición en este juego. Como sea, queda continuar, hacer lo mío, como desde el principio había planeado.
A ratos, también, viene a mi cabeza otra posibilidad. Que tú me digas "Nooo, ¿cómo crees?", de esa manera que tu tienes de hacer y decir las cosas. Que ambos nos riamos buenamente de todo esto, que sea un disparate. El alivio que sentiría si así fuera.
La duda, entonces, persistirá hasta el encuentro, me parece.
Te abrazo y beso.
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martes, 15 de diciembre de 2009
Tantas cosas
1) Como en todo lo demás, cuando uno deja de hacer algo, resulta cada vez más difícil retomarlo. Así me ha pasado cuando, por ejemplo, dejo de leer, de tocar, de escribir, de hacer ejercicio o de llamar a mi papá... Y, bueh, no he escrito nada nuevo para el blog desde el 22 de septiembre... pero qué buenas rolitas, ¿qué, no?
2) Se me pasó postear en mi cumpleaños; como en el anterior, nomás pondría el número. ¿Qué más da? Tarde, pero seguro.
2) Se me pasó postear en mi cumpleaños; como en el anterior, nomás pondría el número. ¿Qué más da? Tarde, pero seguro.
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3) Que el final del año se acerca a gran velocidad, que apenas he arrancado de nuevo con la tesis y que apenas ahora me siento despejado y listo para seguir, aunque aún tenga algunas cosas en Minatitlán T____T.... En fin. Not my fault.
4)
[Borges: Ríos Patrón]"le dijo a María Esther que la pelea entre ellos era absurda, que debían casarse. María Esther le contestó que no, que la ruptura era definitiva. 'Entonces no te voy a molestar más', dijo él, sacó el revólver y se descerrajó un tiro. Esto es el arranque de mal humor de un muchacho vanidoso, presuntuoso, desagradable. Hasta el suicidio de las personas superficiales es superficial".Bioy: "Era tan flaquito y frágil y loquito el muchacho, que el aspecto histriónico de este suicidio me impresiona. Parece el suicidio de un fantoche". (Adolfo Bioy Casares, Borges, p.359).
Hablando de Ríos Patrón, Mariana Grondona dijo: "Cómo la quería, que se mató por ella".Borges: "Cómo la odiaba, que se mató por ella. Qué bruto. Es como si le hubiera dicho: "¿Ves? Te convierto en asesina, en un instante". (Adolfo Bioy Casares, Borges, p.360).
[Borges: Ríos Patrón]"le dijo a María Esther que la pelea entre ellos era absurda, que debían casarse. María Esther le contestó que no, que la ruptura era definitiva. 'Entonces no te voy a molestar más', dijo él, sacó el revólver y se descerrajó un tiro. Esto es el arranque de mal humor de un muchacho vanidoso, presuntuoso, desagradable. Hasta el suicidio de las personas superficiales es superficial".
Hablando de Ríos Patrón, Mariana Grondona dijo: "Cómo la quería, que se mató por ella".
Y nada, que este episodio del librote (ote) que leo sobre Borges me ha recordado a mí mismo y a la máscara que llevé por tantos años. Al final, por suerte (para mi familia, por lo menos), yo siempre me quise demasiado y mi vanidad y presunción acaso actuaron aquella vez a mi favor, o a favor de mi permanencia en el mundo. Qué ridícula hubiese resultado esa muerte. Sí: el suicidio de un fantoche.
5)
"Al final pareció percibir nuestra común sustancia y hubo una palpitación en su mirada entre tímida y risueña que me hizo lanzar un silencioso gañido de felicidad". (Italo Calvino, Las cosmicómicas, tr. de Aurora Bernárdez, Planeta, p. 67)
"Al final pareció percibir nuestra común sustancia y hubo una palpitación en su mirada entre tímida y risueña que me hizo lanzar un silencioso gañido de felicidad". (Italo Calvino, Las cosmicómicas, tr. de Aurora Bernárdez, Planeta, p. 67)
Creo que nos he reconocido en estos personajes... Espero nuestro final sea diferente. Wanna see you.
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martes, 8 de diciembre de 2009
sábado, 24 de octubre de 2009
martes, 22 de septiembre de 2009
Frente a la pantalla en blanco me percato nuevamente de que la palabra no tiene nada que hacer en esta situación, y son los hechos, sólo ellos, los que terminarán por tener alguna injerencia en la realidad. Me abocaré entonces a ello, me entregaré completo. Wish me luck.
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lunes, 21 de septiembre de 2009
Nostalgia anticipada
Octavio Paz dice en "La dialéctica de la soledad", famoso apéndice de El laberinto de la soledad (1950):
estamos condenados a vivir solos, pero también lo estamos a traspasar nuestra soledad y rehacer los lazos que en un pasado paradisiaco nos unían a la vida. Así, sentirse solos posee un doble significado: por una parte consiste en tener conciencia de sí; por la otra, en un deseo de salir de sí. La soledad, que es la condición misma de nuestra vida, se nos aparece como una prueba y una purgación, a cuyo término angustia e inestabilidad desaparecerán [...] La plenitud, la reunión, que es reposo y dicha, concordancia con el mundo, nos esperan al fin del laberinto de la soledad [...] En nuestro mundo el amor es una experiencia casi inaccesible. Todo se opone a él: moral, clases, leyes, razas y los mismos enamorados [...] Defender el amor ha sido siempre una actividad antisocial y peligrosa. Y ahora empieza a ser de verdad revolucionaria. La situación del amor en nuestro tiempo revela cómo la dialéctica de la soledad, en su más profunda manifestación, tiende a frustrarse por obra de la misma sociedad. Nuestra vida social niega casi siempre toda posibilidad de auténtica comunión erótica.
No hay mucho que agregar a esto, me parece. Cada quien tendrá, eso sí, su propia opinión, desde su perspectiva, aderezada con su experiencia personal. Cada quien estará, asimismo, dispuesto a hacer algunas concesiones para entrar o para salir de esa dialéctica de la soledad. Por lo que a mí toca, comienzo un camino a todas luces difícil, que me llevará años recorrer. Y es que yo sí quiero al amor en mi vida, y estoy dispuesto --antisocial, como siempre (la adolescencia gronchera me ha predispuesto, acaso)--, a defenderlo y, aún más, a tomar la iniciativa en la lucha. Lucha que, a fin de cuentas, no es enfrentamiento más que conmigo mismo, con mis demonios, con mis pendientes y mis miedos.
Yo sí daré un paso atrás para tomar vuelo; yo sí me detendré un momento a buscar aire, a respirar. Todo forma parte de este proceso de vuelta al mundo y a lo humano a partir de un anquilosamiento casi robótico, de una rutina servil, convenenciera, torpe y decadente, tan acorde a este, nuestro país y, como él, sin rumbo, de la que sólo los encuentros con la gente más cercana me había salvado a ratos. Me siento, de nuevo, en constante comunicación conmigo y con mis cosas, y eso ha llamado también al resto de mí mismo, disperso en el pensamiento y en la realidad, como antaño los gritos tribales, los tambores y los cuernos de batalla, para eliminar telarañas y cerrar círculos.
Tantas cosas. Me queda menos de un mes en Xalapa. Llueve todas las tardes. Por primera vez en mucho tiempo, siento que me muevo con el mundo y, aunque casi siempre estoy a gusto (y aunque estoy completamente convencido de lo necesario que esto se ha vuelto para mí y para lo que quiero, de que la decisión que he tomado es la correcta), a ratos, desde luego, llega el vértigo. Los días se aceleran y me llevan, espirales, a la nada, a la ausencia y a la soledad.
estamos condenados a vivir solos, pero también lo estamos a traspasar nuestra soledad y rehacer los lazos que en un pasado paradisiaco nos unían a la vida. Así, sentirse solos posee un doble significado: por una parte consiste en tener conciencia de sí; por la otra, en un deseo de salir de sí. La soledad, que es la condición misma de nuestra vida, se nos aparece como una prueba y una purgación, a cuyo término angustia e inestabilidad desaparecerán [...] La plenitud, la reunión, que es reposo y dicha, concordancia con el mundo, nos esperan al fin del laberinto de la soledad [...] En nuestro mundo el amor es una experiencia casi inaccesible. Todo se opone a él: moral, clases, leyes, razas y los mismos enamorados [...] Defender el amor ha sido siempre una actividad antisocial y peligrosa. Y ahora empieza a ser de verdad revolucionaria. La situación del amor en nuestro tiempo revela cómo la dialéctica de la soledad, en su más profunda manifestación, tiende a frustrarse por obra de la misma sociedad. Nuestra vida social niega casi siempre toda posibilidad de auténtica comunión erótica.
No hay mucho que agregar a esto, me parece. Cada quien tendrá, eso sí, su propia opinión, desde su perspectiva, aderezada con su experiencia personal. Cada quien estará, asimismo, dispuesto a hacer algunas concesiones para entrar o para salir de esa dialéctica de la soledad. Por lo que a mí toca, comienzo un camino a todas luces difícil, que me llevará años recorrer. Y es que yo sí quiero al amor en mi vida, y estoy dispuesto --antisocial, como siempre (la adolescencia gronchera me ha predispuesto, acaso)--, a defenderlo y, aún más, a tomar la iniciativa en la lucha. Lucha que, a fin de cuentas, no es enfrentamiento más que conmigo mismo, con mis demonios, con mis pendientes y mis miedos.
Yo sí daré un paso atrás para tomar vuelo; yo sí me detendré un momento a buscar aire, a respirar. Todo forma parte de este proceso de vuelta al mundo y a lo humano a partir de un anquilosamiento casi robótico, de una rutina servil, convenenciera, torpe y decadente, tan acorde a este, nuestro país y, como él, sin rumbo, de la que sólo los encuentros con la gente más cercana me había salvado a ratos. Me siento, de nuevo, en constante comunicación conmigo y con mis cosas, y eso ha llamado también al resto de mí mismo, disperso en el pensamiento y en la realidad, como antaño los gritos tribales, los tambores y los cuernos de batalla, para eliminar telarañas y cerrar círculos.
Tantas cosas. Me queda menos de un mes en Xalapa. Llueve todas las tardes. Por primera vez en mucho tiempo, siento que me muevo con el mundo y, aunque casi siempre estoy a gusto (y aunque estoy completamente convencido de lo necesario que esto se ha vuelto para mí y para lo que quiero, de que la decisión que he tomado es la correcta), a ratos, desde luego, llega el vértigo. Los días se aceleran y me llevan, espirales, a la nada, a la ausencia y a la soledad.
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lunes, 31 de agosto de 2009
Una linda versión de "Black hole sun"
Al ver este video recordé, desde luego, al buen Rechy Tenenbaum quejándose de la manera en que Cornell se vendió de feo modo y atravesó la línea que separa la música como arte de la música como producto.
De todos modos, a mí me han gustado mucho algunas rolitas, como "Like a stone" o "Sunshower", y, por supuesto, algunas versiones de las ever-great Soundgarden classics, como esta.
Detallazo el que un otrora metalero ponqueto utilice las chancletillas esas. Ya puta hippie.
De todos modos, a mí me han gustado mucho algunas rolitas, como "Like a stone" o "Sunshower", y, por supuesto, algunas versiones de las ever-great Soundgarden classics, como esta.
Detallazo el que un otrora metalero ponqueto utilice las chancletillas esas. Ya puta hippie.
viernes, 28 de agosto de 2009
La noche
Siempre utilizo el dentífrico de abajo hacia arriba, me lavo los dientes, durante cinco minutos, tres veces al día, enjuagándolos y volviéndolos a lavar en repetidas ocasiones. Cuando tomo café –a veces lo hago incluso sin el café–, suelo rechinarlos y practicar mordidas hasta lograr un sonido que me deje satisfecho. A veces, en lugar de eso, pronuncio el sonido [t], [k], [p], o algún otro asignado a una consonante oclusiva, y tampoco me detengo sino hasta lograr el sonido perfecto (he pasado largas noches sin dormir por ello). Me rasuro ingle y testículos al menos una vez al mes, pues detesto el olor que se genera en el vello púbico cuando crece demasiado (esto, además, fascina a las mujeres). Siempre llevo jabón en la mochila, con el que lavo mis manos, hasta los codos, en múltiples ocasiones a lo largo del día (casi nunca pasan de las veintisiete, pero he llegado a contarme hasta treinta y tres). Compro sábanas cada semana. Es una de mis grandes aficiones. Siempre busco alguna que no haya tenido aún en las grandes tiendas departamentales. Deben ser lisas, sin estampado alguno. Una vez le pedí el favor de comprármelas a un amigo. Me llevó unas amarillas horribles, con una trama de cuadros marrones que no me dejó dormir.
No niego que siempre he sentido algún sutil gusto por el orden. Me mantiene atento; me permite estar interesado en el mundo. Me gustan el café y la cerveza tibios. Y el orden. Nunca he podido mantener un empleo, pero en verdad nunca lo he necesitado. Suelo pasar tardes enteras en las bancas de un parque mirando a la gente. Me he hecho amigo de uno que otro globero, de algún mediocre mimo y de los drogadictos en rehabilitación que venden helados en carritos con forma de cisne o de paloma. A menudo platico con los boleros y compro el periódico en el kiosko de la esquina antes de enfilar al café-galería desde cuya terraza se puede observar una gran parte de ciudad (tras terminar el café y el periódico, me lavo las manos frenéticamente en su baño... con mi jabón, desde luego).
Hoy, sin embargo, me siento disperso. Me he sentido incómodo durante todo el día, como fuera de mí, desde que desperté junto a esa chica que conocí durante mi brevísimo paso en el último empleo. Salí temprano y ella no quiso levantarse, por lo que no pude tender la cama, lo que me ha tenido preocupado, pues tendré que hacerlo en cuanto llegue, lo que no tendría sentido, pues la volvería a destender para dormir muy poco tiempo después. Además no he puesto a lavar las sábanas nuevas, y no pienso dormir en ésas, que están sucias. No sé qué haré. Tal vez saque la sleeping bag y duerma en el suelo. Y todo por su culpa.
Hoy es martes y toca comprar libros. En esta actividad es en la que me permito más licencias pues, aunque tengo un catálogo con la lista de los libros que quiero (y que no podré terminar, ya no de leer, sino de comprar, en toda la vida), hay ocasiones en que me doy la libertad de llevar alguno que me llame la atención aunque no esté en él. Me cuesta trabajo escogerlo y me he arrepentido en más de una ocasión, pero insisto en que vale la pena hacerlo, pues también me he llevado agradables sorpresas.
Esta vez, el turno será para Paul Auster. Me sigue sorprendiendo que después de siete años no haya aún terminado con la A. En este lapso he cambiado de sistema en un par de ocasiones, con el objeto de expandir mis posibilidades. Por el momento, lo que hago es tener una lista, en orden alfabético, de los autores que me interesan, y una lista secundaria de obras maestras de la literatura universal. Todos los martes compro tres libros: sigo el orden de la primera lista, escojo alguno de la segunda y busco en las librerías uno más, cualquiera, que me llame la atención. Si esto no sucede, regreso entonces a la primera lista para pedir al encargado el título del ejemplar que toque enseguida. Soy la única persona de las que conozco que ha leído cada uno de los libros de su biblioteca al menos una vez.
Hoy no ha sido un buen día. Hubo un desfile por alguna barbaridad basada en una mentira que se cuenta como historia oficial, y demasiada gente en el café (seguramente escapando, como yo, del evento en la plaza principal del parque). Además, cuando apenas tomaba el primer sorbo, ella habló a mi celular desde mi casa, preguntándome si iba yo a tardar. ¿Qué se piensa? Apenas la conozco. Tal vez debería hablarle de vuelta y aprovechar que sigue ahí para pedirle que meta a lavar mis sábanas nuevas. La verdad no es mucho trabajo. Mi lavadora tiene una secadora incluida y ella sólo tendría que ponerla a trabajar una sola vez. Debería pedirle también que tendiera la cama, pues fue por su culpa que yo no pude hacerlo, pero eso podría parecer demasiado. Aunque ella tenga la culpa.
No debería enojarme así. Ya no estoy para eso. Hace pocos meses descubrí mi primera cana. Esto no me deprime. Todos envejecemos. Es sólo que no deja de tener algo de terrible descubrirlo en carne propia.
Regreso a casa para topármela en la puerta. Aún no se ha bañado y huele a sexo. Ha preparado de comer y dejó un batidero en la cocina. Le preguntó por qué lo ha hecho. Ella levanta los hombros. Estoy seguro de que es porque ella no tiene comida en su casa, lo cual no deja de molestarme un poco. Las sábanas nuevas están lavadas. Yo hago la cama. Al ver las otras, revueltas, recuerdo la noche anterior. Yo ya la había notado antes, y ella ya me había invitado a salir. Yo no podía –o no quería– ir. Ella ha seguido insistiendo, y finalmente nos encontramos ayer en un café del centro. Me hartó enseguida con su plática. Todo en ella me pareció artificioso, ensayado. La descifré en pocos minutos (es de esas tipas que ha desperdiciado su vida en hoyos fonqui y tiene por amigos a una bola de imbéciles que conforman o están alrededor de los imbéciles grupitos de rock pseudo artístico con ínfulas de grandeza que se fusilan música, ideas y hasta el look prefabricado de todo lo que está de moda en Milán o Nueva York) y pensé en pararme y dejarla hablando sola –algo que hice en cierto modo, aunque no físicamente–, pero la poderosa sexualidad que destilaba por cada uno de sus poros me mantuvo sobre la silla, de lo que no dejo de estar arrepentido.
El cabello –me di cuenta más tarde– le apestaba a marihuana y cigarrillos. La marihuana por sí misma no apesta, pero al ser absorbida por el cuerpo y expulsada por las glándulas sebáceas del cuero cabelludo, hace que en el pelo se forme una delgada capa de suciedad con un olor muy específico, nada agradable.
El sexo fue largo, salvaje y sucio, casi doloroso; decadente, pero no por ello menos placentero. No sé en qué momento de la noche ella decidió quedarse a dormir, y yo tuve que soportar su asqueroso cabello en mi cara y –lo que tal vez sea peor– en mi almohada. No quería dejar que fuera a bañarme, pero al final lo logré: ella estaba ya dormida. Cuando volví, tuve mucho cuidado para no despertarla, pero ella lo hizo de todos modos y tuve que coger con ella de nuevo. Esto se repitió en varias ocasiones hasta que salí de la casa, casi con ella colgada, desnuda, de mi cuello. Estuve a punto de perderme la salida del sol (esto nunca me ha pasado).
Ahora tengo sueño y se me hace imposible leer los libros que compré esta mañana. Me quedé dormido tras comenzar a leer Fantasmas. Me provocó una sensación de déjà vu. Tal vez ya lo haya leído antes. Al despertar huelo la cena. El sol se pone a través de la ventana que tengo a mis espaldas y toda la habitación se tiñe de rojo. No puedo creer que ella siga aquí, pero no sé cómo decirle que se vaya. Me llama a cenar. Esto es inaudito, pienso. Ella luce más vieja que hace un rato, aunque bien puede ser la falta de maquillaje. Al menos ya se bañó. Tiene puestos unos pants y una sudadera. No puedo evitarlo y le pregunto si piensa quedarse a dormir. Ella se ríe y dice que sí. Eso definitivamente me molesta y lucho por no hacerlo notable. Me pregunta qué libros compré hoy; ante mi estupefacción, replica que es martes y, tras repetir la pregunta, dice que me vio entrar con la bolsa de una librería. Le respondo a regañadientes. Al entrar al baño, mientras me desnudo frente al espejo pienso que tal vez no es tan malo que ella se quede. Percibo un par de canas nuevas y que ya me toca rasurarme y saco el rastrillo del botiquín. Ella abre ligeramente la puerta del baño y dice que esperará en la recámara. Extrañamente esto no me molesta, y pienso que tal vez pudiese acostumbrarme. Me levanto de la tina, quito el tapón y abro la regadera para darme la segunda enjabonada. Ella vuelve a asomarse y me dice con ternura que he olvidado nuevamente tomar mi medicina. Asiento sin hacerle mucho caso. Salgo, por fin, del baño, que está lleno de vapor.
La noche se ha tornado fresca de repente.
No niego que siempre he sentido algún sutil gusto por el orden. Me mantiene atento; me permite estar interesado en el mundo. Me gustan el café y la cerveza tibios. Y el orden. Nunca he podido mantener un empleo, pero en verdad nunca lo he necesitado. Suelo pasar tardes enteras en las bancas de un parque mirando a la gente. Me he hecho amigo de uno que otro globero, de algún mediocre mimo y de los drogadictos en rehabilitación que venden helados en carritos con forma de cisne o de paloma. A menudo platico con los boleros y compro el periódico en el kiosko de la esquina antes de enfilar al café-galería desde cuya terraza se puede observar una gran parte de ciudad (tras terminar el café y el periódico, me lavo las manos frenéticamente en su baño... con mi jabón, desde luego).
Hoy, sin embargo, me siento disperso. Me he sentido incómodo durante todo el día, como fuera de mí, desde que desperté junto a esa chica que conocí durante mi brevísimo paso en el último empleo. Salí temprano y ella no quiso levantarse, por lo que no pude tender la cama, lo que me ha tenido preocupado, pues tendré que hacerlo en cuanto llegue, lo que no tendría sentido, pues la volvería a destender para dormir muy poco tiempo después. Además no he puesto a lavar las sábanas nuevas, y no pienso dormir en ésas, que están sucias. No sé qué haré. Tal vez saque la sleeping bag y duerma en el suelo. Y todo por su culpa.
Hoy es martes y toca comprar libros. En esta actividad es en la que me permito más licencias pues, aunque tengo un catálogo con la lista de los libros que quiero (y que no podré terminar, ya no de leer, sino de comprar, en toda la vida), hay ocasiones en que me doy la libertad de llevar alguno que me llame la atención aunque no esté en él. Me cuesta trabajo escogerlo y me he arrepentido en más de una ocasión, pero insisto en que vale la pena hacerlo, pues también me he llevado agradables sorpresas.
Esta vez, el turno será para Paul Auster. Me sigue sorprendiendo que después de siete años no haya aún terminado con la A. En este lapso he cambiado de sistema en un par de ocasiones, con el objeto de expandir mis posibilidades. Por el momento, lo que hago es tener una lista, en orden alfabético, de los autores que me interesan, y una lista secundaria de obras maestras de la literatura universal. Todos los martes compro tres libros: sigo el orden de la primera lista, escojo alguno de la segunda y busco en las librerías uno más, cualquiera, que me llame la atención. Si esto no sucede, regreso entonces a la primera lista para pedir al encargado el título del ejemplar que toque enseguida. Soy la única persona de las que conozco que ha leído cada uno de los libros de su biblioteca al menos una vez.
Hoy no ha sido un buen día. Hubo un desfile por alguna barbaridad basada en una mentira que se cuenta como historia oficial, y demasiada gente en el café (seguramente escapando, como yo, del evento en la plaza principal del parque). Además, cuando apenas tomaba el primer sorbo, ella habló a mi celular desde mi casa, preguntándome si iba yo a tardar. ¿Qué se piensa? Apenas la conozco. Tal vez debería hablarle de vuelta y aprovechar que sigue ahí para pedirle que meta a lavar mis sábanas nuevas. La verdad no es mucho trabajo. Mi lavadora tiene una secadora incluida y ella sólo tendría que ponerla a trabajar una sola vez. Debería pedirle también que tendiera la cama, pues fue por su culpa que yo no pude hacerlo, pero eso podría parecer demasiado. Aunque ella tenga la culpa.
No debería enojarme así. Ya no estoy para eso. Hace pocos meses descubrí mi primera cana. Esto no me deprime. Todos envejecemos. Es sólo que no deja de tener algo de terrible descubrirlo en carne propia.
Regreso a casa para topármela en la puerta. Aún no se ha bañado y huele a sexo. Ha preparado de comer y dejó un batidero en la cocina. Le preguntó por qué lo ha hecho. Ella levanta los hombros. Estoy seguro de que es porque ella no tiene comida en su casa, lo cual no deja de molestarme un poco. Las sábanas nuevas están lavadas. Yo hago la cama. Al ver las otras, revueltas, recuerdo la noche anterior. Yo ya la había notado antes, y ella ya me había invitado a salir. Yo no podía –o no quería– ir. Ella ha seguido insistiendo, y finalmente nos encontramos ayer en un café del centro. Me hartó enseguida con su plática. Todo en ella me pareció artificioso, ensayado. La descifré en pocos minutos (es de esas tipas que ha desperdiciado su vida en hoyos fonqui y tiene por amigos a una bola de imbéciles que conforman o están alrededor de los imbéciles grupitos de rock pseudo artístico con ínfulas de grandeza que se fusilan música, ideas y hasta el look prefabricado de todo lo que está de moda en Milán o Nueva York) y pensé en pararme y dejarla hablando sola –algo que hice en cierto modo, aunque no físicamente–, pero la poderosa sexualidad que destilaba por cada uno de sus poros me mantuvo sobre la silla, de lo que no dejo de estar arrepentido.
El cabello –me di cuenta más tarde– le apestaba a marihuana y cigarrillos. La marihuana por sí misma no apesta, pero al ser absorbida por el cuerpo y expulsada por las glándulas sebáceas del cuero cabelludo, hace que en el pelo se forme una delgada capa de suciedad con un olor muy específico, nada agradable.
El sexo fue largo, salvaje y sucio, casi doloroso; decadente, pero no por ello menos placentero. No sé en qué momento de la noche ella decidió quedarse a dormir, y yo tuve que soportar su asqueroso cabello en mi cara y –lo que tal vez sea peor– en mi almohada. No quería dejar que fuera a bañarme, pero al final lo logré: ella estaba ya dormida. Cuando volví, tuve mucho cuidado para no despertarla, pero ella lo hizo de todos modos y tuve que coger con ella de nuevo. Esto se repitió en varias ocasiones hasta que salí de la casa, casi con ella colgada, desnuda, de mi cuello. Estuve a punto de perderme la salida del sol (esto nunca me ha pasado).
Ahora tengo sueño y se me hace imposible leer los libros que compré esta mañana. Me quedé dormido tras comenzar a leer Fantasmas. Me provocó una sensación de déjà vu. Tal vez ya lo haya leído antes. Al despertar huelo la cena. El sol se pone a través de la ventana que tengo a mis espaldas y toda la habitación se tiñe de rojo. No puedo creer que ella siga aquí, pero no sé cómo decirle que se vaya. Me llama a cenar. Esto es inaudito, pienso. Ella luce más vieja que hace un rato, aunque bien puede ser la falta de maquillaje. Al menos ya se bañó. Tiene puestos unos pants y una sudadera. No puedo evitarlo y le pregunto si piensa quedarse a dormir. Ella se ríe y dice que sí. Eso definitivamente me molesta y lucho por no hacerlo notable. Me pregunta qué libros compré hoy; ante mi estupefacción, replica que es martes y, tras repetir la pregunta, dice que me vio entrar con la bolsa de una librería. Le respondo a regañadientes. Al entrar al baño, mientras me desnudo frente al espejo pienso que tal vez no es tan malo que ella se quede. Percibo un par de canas nuevas y que ya me toca rasurarme y saco el rastrillo del botiquín. Ella abre ligeramente la puerta del baño y dice que esperará en la recámara. Extrañamente esto no me molesta, y pienso que tal vez pudiese acostumbrarme. Me levanto de la tina, quito el tapón y abro la regadera para darme la segunda enjabonada. Ella vuelve a asomarse y me dice con ternura que he olvidado nuevamente tomar mi medicina. Asiento sin hacerle mucho caso. Salgo, por fin, del baño, que está lleno de vapor.
La noche se ha tornado fresca de repente.
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ficción
jueves, 27 de agosto de 2009
Decisiones
Xalapa, ya lo he dicho, ha sido muy generosa conmigo en el aspecto humano. He aprendido mucho aquí (o al menos quiero creer que lo he hecho); he pasado aquí varios de los mejores momentos de mi vida. En Xalapa he amado perdidamente, sin remedio ni esperanza; he amado profundamente, con alegría y encanto; amo silenciosamente con ilusión y fantasía.
He pasado también algunos de los peores momentos de mi vida, de los que, por suerte, y gracias en buena medida a los más cercanos a mí, pude entrever el camino, aprender y seguir. Me he vuelto desprendido en estos años; mis afectos, mis querencias, mis gustos (mis culpas, mis manías, mis embrujos) se alejan ya sin lastimarme.
Ha sido generoso este lugar. Me ha dado, por sobre todas las cosas, amigos. Amigos entrañables, amigos imposibles; grandes y fantásticos amigos. Amigos reales, de los que normalmente se cuentan con los dedos de una mano (y aunque no sean muchos más que esos, lo parecen).
No me voy de aquí porque quiero, ni de la manera en que lo hubiese preferido. Me voy porque se ha vuelto necesario. Porque lo pospuesto por tanto tiempo se ha hecho urgente. Porque lo preciso y lo requiero. Acaso estaba esperando sin saberlo la última pieza que faltaba para esta, mi eterna búsqueda: por fin encontré (aun sin buscarlo) lo que me hará necesario regresar.
He pasado también algunos de los peores momentos de mi vida, de los que, por suerte, y gracias en buena medida a los más cercanos a mí, pude entrever el camino, aprender y seguir. Me he vuelto desprendido en estos años; mis afectos, mis querencias, mis gustos (mis culpas, mis manías, mis embrujos) se alejan ya sin lastimarme.
Ha sido generoso este lugar. Me ha dado, por sobre todas las cosas, amigos. Amigos entrañables, amigos imposibles; grandes y fantásticos amigos. Amigos reales, de los que normalmente se cuentan con los dedos de una mano (y aunque no sean muchos más que esos, lo parecen).
No me voy de aquí porque quiero, ni de la manera en que lo hubiese preferido. Me voy porque se ha vuelto necesario. Porque lo pospuesto por tanto tiempo se ha hecho urgente. Porque lo preciso y lo requiero. Acaso estaba esperando sin saberlo la última pieza que faltaba para esta, mi eterna búsqueda: por fin encontré (aun sin buscarlo) lo que me hará necesario regresar.
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realidades
martes, 25 de agosto de 2009
Fin de semana
Tiempo a solas con mi padre. Hacía mucho tiempo que no pasaba. Una buena película; largas pláticas, lentas, tranquilas, agradables. De mis planes, de la vida, de dios y la divinidad. Supongo que era tiempo.
Cuando estoy con él recuerdo lo mucho que nos une; cuando no, normalmente me cuesta trabajo recordarlo.
Desde hace meses he comenzado a ver en mí la necesidad latente de estar cerca de él. En mi último viaje a México me pareció verlo claramente en el metro. No era él, sino un hombre de unos diez o quince años más, bastante más delgado, pero con un aire que lo hacía verse similar. Recordé que las últimas veces que lo había visto se notaban ya las marcas que el tiempo ha dejado en sus facciones, en su cuerpo: sus fosas nasales, sus ojos y las ojeras bajo ellos, la papada, la incipiente joroba en la espalda...
Tiene un nosequé de tétrico ver a los padres envejecer, como una premisa de la muerte que se acerca, inexorable.
Cuando estoy con él recuerdo lo mucho que nos une; cuando no, normalmente me cuesta trabajo recordarlo.
Desde hace meses he comenzado a ver en mí la necesidad latente de estar cerca de él. En mi último viaje a México me pareció verlo claramente en el metro. No era él, sino un hombre de unos diez o quince años más, bastante más delgado, pero con un aire que lo hacía verse similar. Recordé que las últimas veces que lo había visto se notaban ya las marcas que el tiempo ha dejado en sus facciones, en su cuerpo: sus fosas nasales, sus ojos y las ojeras bajo ellos, la papada, la incipiente joroba en la espalda...
Tiene un nosequé de tétrico ver a los padres envejecer, como una premisa de la muerte que se acerca, inexorable.
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viernes, 14 de agosto de 2009
El don del futbol
Una aflicción verdadera nos hace más accesibles a la dicha, y es
natural que así suceda, pues de lo contrario el dolor nos mataría.
DICKENS
natural que así suceda, pues de lo contrario el dolor nos mataría.
DICKENS
Romarinho Fossiccella nació para jugar al futbol. Fue el noveno de catorce hijos de una familia de clase baja en Río de Janeiro. Su padre, un comerciante italiano venido a menos, abandonó a su familia cuando Romarinho tenía apenas 9 años, dejándolos en la miseria absoluta. Su madre, de nombre Elvira, se vio obligada a mudarse con todos sus hijos a una paupérrima favela, susbsistiendo como tejedora y vendedora de hamacas.
Romarinho nos cuenta en una de sus entrevistas más famosas (con Ricardo Nunes, en septiembre de 1953 para Mundo Futebol): "Yo solía acompañar a mi madre en sus ventas; la ayudaba a cargar las hamacas; ella lloraba durante todo el camino y también durante las transacciones unas lágrimas enormes --yo juraba ver las marcas que habían dejado en el polvo cuando volvíamos--. Había sido criada como hija de familia; tocaba el piano, ¿sabes? Los hermanos mayores cuentan que antes de que lo vendieran se reunía toda la familia alrededor de él a cantar viejas canciones. Ella no estaba a costumbrada a esa vida de comerciante, pero se vio obligada por la situación: catorce hijos ¿sabes? Cuando le preguntaban cuántos hijos tenía, ella, después de contestar, mascullaba algo, que yo siempre había interpretado como una maldición. Muchos años después vine a saber que ella repetía unas palabras del argentino Borges, ¿sabes?, del cuento aquel 'La casa de Asterión'; ella decía: 'sobran motivos para inferir que en boca de Asterión, ese adjetivo numeral vale por infinitos'... En fin. En esas largas caminatas con las hamacas que mi madre había tejido a cuestas, yo me hice la promesa que tan pronto tuviera la edad suficiente para buscar el dinero por mí mismo, mi madre no volvería a pasar por esas penas. Y ya ves... Si en verdad, como dices, fui bendito con el don del futbol, debe haber sido para sacar a mi buena madre de la pobreza".
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viernes, 7 de agosto de 2009
Hoil
427. MERIDANO.
Gentilicio de Mérida; fuera de Yucatán todos nacimos en Mérida, porque si uno mismo no miente, diciendo que nació en Mérida, es nuestro interlocutor el que se encarga de decir la mentira. -¿Yucateco? De Mérida, ¿verdad? -Sí, de Mérida- reafirma un nativo de no importa qué aldea. Meridano en maya se dice HOIL, de T-HO', antiguo nombre prehispánico del centro ceremonial sobre el que se fundó Mérida e IL, sufijo de relación genitiva o de oriundez; lo contrario de meridano, que es un privilegio para el yucateco, es ser de un pueblo, ser poblano; del mismo modo antiguamente, si se era meridano, había que ser "gente del centro" o de lo contrario si era "barriano o gente de barrio o del barrio"; esto último equivalía a "vivir fuera del adoquín"; - ¿Por qué te llevas con Fulano? ¿No sabes que vive fuera de adoquín? O lo que es lo mismo fuera de la zona central pavimentada. (V. ADOQUINADO, DA).
originalmente, de Jesús Amaro Gamboa en su columna "Diálogo", del Diario del Sureste, que se publicó del domingo 6 de marzo al domingo 27 de noviembre de 1988. Yo lo obtuve de la página de la UADY.
Gentilicio de Mérida; fuera de Yucatán todos nacimos en Mérida, porque si uno mismo no miente, diciendo que nació en Mérida, es nuestro interlocutor el que se encarga de decir la mentira. -¿Yucateco? De Mérida, ¿verdad? -Sí, de Mérida- reafirma un nativo de no importa qué aldea. Meridano en maya se dice HOIL, de T-HO', antiguo nombre prehispánico del centro ceremonial sobre el que se fundó Mérida e IL, sufijo de relación genitiva o de oriundez; lo contrario de meridano, que es un privilegio para el yucateco, es ser de un pueblo, ser poblano; del mismo modo antiguamente, si se era meridano, había que ser "gente del centro" o de lo contrario si era "barriano o gente de barrio o del barrio"; esto último equivalía a "vivir fuera del adoquín"; - ¿Por qué te llevas con Fulano? ¿No sabes que vive fuera de adoquín? O lo que es lo mismo fuera de la zona central pavimentada. (V. ADOQUINADO, DA).
originalmente, de Jesús Amaro Gamboa en su columna "Diálogo", del Diario del Sureste, que se publicó del domingo 6 de marzo al domingo 27 de noviembre de 1988. Yo lo obtuve de la página de la UADY.
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jueves, 6 de agosto de 2009
One side will make you grow taller and the other side will make you grow shorter (o San Isidro)
(Segunda parte de Esbetunes y Paquello salieron a la montaña)
[Me encontré con este viejo texto en la oficina; lo comparto, pues, con todos]
Tras considerar por un instante la futilidad de cualquier enunciación relativa al estado reflexivo y a la mágica iluminación a la que llevan —e incluso, reprocharse a uno mismo la necedad al intentar hacerlo—, quedan solamente los destellos, las formas y las danzas, los cantos, los colores y la intensa satisfacción de saber que el universo respira con nosotros: la energía innata, el fuego interno, el resabio del aroma del incienso que nos ofrecieron hace miles de años, cuando fuimos dioses.
Cualquier palabra es vana, por su artificialidad, por su naturaleza de constructo. No hay, no puede haber palabras mágicas. Mucho menos palabras divinas, que prodiguen la existencia, que promuevan la virtud. Nada dicho, nada escrito, ni siquiera la poesía, puede siquiera asemejar la sensación de reconocerse de nuevo en todos los elementos que componen al mundo: aire, agua, fuego, árbol, piedra, hueso, carne. Todo en sí y no las palabras que lo nombran —las palabras, más bien, con las que lo nombramos—. Una misma y única pasión invade ese ente perfecto, ese Behemoth terrenal, gólem de sangre, construido a imagen y semejanza de cada uno de sus componentes.
Lo mismo que nos nombra y nos aprehende; lo mismo que nos permite conocer, nos restringe, nos destroza, nos ahoga con sus trazos, con su reducido número de sonidos defectuosos, de imperfectas estructuras, tan lejanas del idioma original que utilizaron los ancestros y que sigue latente en el resto de las cosas. De nuevo, olvidar todo lo dicho, lo recorrido. Olvidar el sueño y el cansancio y dejarse llevar.
Acaso la música, la más primigenia —también, acaso, la más pura— de las formas de arte, pueda, si no describir (después de todo, ningún sentido tiene el intentarlo), sí convivir en tiempo y en espacio con todo lo demás, marcando las pautas (de nuevo, no per se, sino mediante la perfección de su armonía) de esa soberbia, inconcebible respiración universal.
[Me encontré con este viejo texto en la oficina; lo comparto, pues, con todos]
Tras considerar por un instante la futilidad de cualquier enunciación relativa al estado reflexivo y a la mágica iluminación a la que llevan —e incluso, reprocharse a uno mismo la necedad al intentar hacerlo—, quedan solamente los destellos, las formas y las danzas, los cantos, los colores y la intensa satisfacción de saber que el universo respira con nosotros: la energía innata, el fuego interno, el resabio del aroma del incienso que nos ofrecieron hace miles de años, cuando fuimos dioses.
Cualquier palabra es vana, por su artificialidad, por su naturaleza de constructo. No hay, no puede haber palabras mágicas. Mucho menos palabras divinas, que prodiguen la existencia, que promuevan la virtud. Nada dicho, nada escrito, ni siquiera la poesía, puede siquiera asemejar la sensación de reconocerse de nuevo en todos los elementos que componen al mundo: aire, agua, fuego, árbol, piedra, hueso, carne. Todo en sí y no las palabras que lo nombran —las palabras, más bien, con las que lo nombramos—. Una misma y única pasión invade ese ente perfecto, ese Behemoth terrenal, gólem de sangre, construido a imagen y semejanza de cada uno de sus componentes.
Lo mismo que nos nombra y nos aprehende; lo mismo que nos permite conocer, nos restringe, nos destroza, nos ahoga con sus trazos, con su reducido número de sonidos defectuosos, de imperfectas estructuras, tan lejanas del idioma original que utilizaron los ancestros y que sigue latente en el resto de las cosas. De nuevo, olvidar todo lo dicho, lo recorrido. Olvidar el sueño y el cansancio y dejarse llevar.
Acaso la música, la más primigenia —también, acaso, la más pura— de las formas de arte, pueda, si no describir (después de todo, ningún sentido tiene el intentarlo), sí convivir en tiempo y en espacio con todo lo demás, marcando las pautas (de nuevo, no per se, sino mediante la perfección de su armonía) de esa soberbia, inconcebible respiración universal.
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miércoles, 29 de julio de 2009
martes, 28 de julio de 2009
V
Debe ser este al que han llamado
el tiempo del dios que resucita
que anega con su sol: mullida alfombra
de rebosante flor de guayacán
los atrios todos de los antiguos templos
En sus ruinas reposa nuevamente
y en el altar se queman los inciensos:
ya renacen las flores --aves fénix--
entre tus áridos escombros, corazón
- - -
el tiempo del dios que resucita
que anega con su sol: mullida alfombra
de rebosante flor de guayacán
los atrios todos de los antiguos templos
En sus ruinas reposa nuevamente
y en el altar se queman los inciensos:
ya renacen las flores --aves fénix--
entre tus áridos escombros, corazón
- - -
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domingo, 26 de julio de 2009
viernes, 24 de julio de 2009
Viernes de descanso
Hoy, después de pasar a pagar servicios y redescubrir que en Plaza Ánimas no hay banco Santander Serfín, comer un rico paquete de sushi, kushiague y yakimeshi, toparme con el excelente Juan Master, enviar un mensajillo, recibir otro (=D) y disfrutar de un pastel de nuez de macadamia y un cafecito, por primera vez en varios años escribí algunos versillos --si se portan bien, luego se los muestro... menos al Armandís Obscure, que luego se pasa de lanza (sin medir consecuencias, pues para poner dedos en llagas basta con darse una vuelta por Cellar Door en plan jodón)--.
Justo después de eso, recibí unos mensajes por celular que me movieron un poco el mundo o_O: Histeria; me moví al centro; compra compulsiva: dos jaboncitos chidos en Mundojabón y algunos libros... =P:
Joseph Conrad. El corazón de las tinieblas/Un vagabundo de las islas. col. Las grandes obras del siglo XX, Alianza-Emecé, México, 1979.
Charles Dickens. David Copperfield. Mateu-Olimpia, México, 1973.
Franz Kafka. El castillo/La muralla china. col. Las grandes obras del siglo XX, Alianza-Emecé, México, 1979.
Michel Eyquem de Montaigne. Apología de Raimundo Sabunde. col. Los grandes pensadores, Sarpe, Madrid, 1984.
A. S. Neill. Maestros problema y los problemas del maestro, 2a. ed., col. psicología-pedagogía, Editores Mexicanos Unidos, México, 1978.
Francisco de Quevedo. El buscón. col. Quijote IV Centenario, Tiempo, Castilla-La Mancha, 2004.
...
y había recogido otro de psicología y cibernética de un tal Pushkin (es en serio) que se veía muy interesante, y no sé en qué momento lo dejé... Espero por lo menos haya sido antes de pagarlo. En fin; espero encontrarlo cuando vuelva.
...
Luego recibí otros mensajes y respiré a gusto. And it was oh so nice =)...
Toy bien cansado, pero al menos ya se siente ques cansancio de vacaciones. Y sigo bien contentillo, ja.
Justo después de eso, recibí unos mensajes por celular que me movieron un poco el mundo o_O: Histeria; me moví al centro; compra compulsiva: dos jaboncitos chidos en Mundojabón y algunos libros... =P:
Joseph Conrad. El corazón de las tinieblas/Un vagabundo de las islas. col. Las grandes obras del siglo XX, Alianza-Emecé, México, 1979.
Charles Dickens. David Copperfield. Mateu-Olimpia, México, 1973.
Franz Kafka. El castillo/La muralla china. col. Las grandes obras del siglo XX, Alianza-Emecé, México, 1979.
Michel Eyquem de Montaigne. Apología de Raimundo Sabunde. col. Los grandes pensadores, Sarpe, Madrid, 1984.
A. S. Neill. Maestros problema y los problemas del maestro, 2a. ed., col. psicología-pedagogía, Editores Mexicanos Unidos, México, 1978.
Francisco de Quevedo. El buscón. col. Quijote IV Centenario, Tiempo, Castilla-La Mancha, 2004.
...
y había recogido otro de psicología y cibernética de un tal Pushkin (es en serio) que se veía muy interesante, y no sé en qué momento lo dejé... Espero por lo menos haya sido antes de pagarlo. En fin; espero encontrarlo cuando vuelva.
...
Luego recibí otros mensajes y respiré a gusto. And it was oh so nice =)...
Toy bien cansado, pero al menos ya se siente ques cansancio de vacaciones. Y sigo bien contentillo, ja.
miércoles, 22 de julio de 2009
¿vacaciones, dices?
A como esto va, en realidad no he tenido un solo día de descanso, ni le he podido meter a la tesis, que era la idea, entre las guardias, los compromisos, los viajes y la gripe. El resto de la semana hay cosas qué hacer...
Después de la boda del sábado me declararé de vacaciones. Nada de compromisos con nadie, nada de nada. La tesis tiene que avanzar. Y yo quisiera también descansar un poco...
Después de la boda del sábado me declararé de vacaciones. Nada de compromisos con nadie, nada de nada. La tesis tiene que avanzar. Y yo quisiera también descansar un poco...
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martes, 21 de julio de 2009
martes, 14 de julio de 2009
lunes, 13 de julio de 2009
Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí*
Not that the dream wasn't a horrible pail-blued nightmare itself...
*basado en un comentario de la señorita Verde
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viernes, 10 de julio de 2009
El chulísimo cel
Como les platicaba en la segunda actualización de una entrada anterior, he encontrado mi celular (por lo demás, en un lugar francamente obvio). Espero que dure otro rato; mientras, ya pasé mi directorio telefónico a otros lugares, por si llega a perderse --parece obstinado en hacerlo--.
Quiero pedir una disculpa a la chica del pan que se sentó junto a mí en el camión por haber sospechado de ella injustamente =/. Pobrecita, hasta 'gorda' le dijeron. En fin: Os pido una disculpa, desconocida chica del pan.
---
Por otra parte, ¡los jueves de películas han regresado! Estamos organizando la fundación de un organismo rockero revolucionario secreto para tomar las riendas de esta nación, que va directito a la chingada. No le digan a nadie. Ah, ¿y alguien nos puede prestar un dragón? El nuestro se chamuscó. No importa que sea usado.
La película se trató de unas cotorritas.
Quiero pedir una disculpa a la chica del pan que se sentó junto a mí en el camión por haber sospechado de ella injustamente =/. Pobrecita, hasta 'gorda' le dijeron. En fin: Os pido una disculpa, desconocida chica del pan.
---
Por otra parte, ¡los jueves de películas han regresado! Estamos organizando la fundación de un organismo rockero revolucionario secreto para tomar las riendas de esta nación, que va directito a la chingada. No le digan a nadie. Ah, ¿y alguien nos puede prestar un dragón? El nuestro se chamuscó. No importa que sea usado.
La película se trató de unas cotorritas.
(la imagen, de acá)
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este blog se está yendo a la mierda,
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miércoles, 8 de julio de 2009
Tamayo, Amano, Klimt, Van Gogh
A mediodía tuve una conversación con Armand que partió de su último texto en verso hacia el uso de los colores en la obra de Van Gogh y de ahí a la percepción del mundo y de la realidad.
En fin, estaba pensando que últimamente, entre tanta notita, como que le hace falta un poco de color al blog.
¿Os gusta el azul?
En fin, estaba pensando que últimamente, entre tanta notita, como que le hace falta un poco de color al blog.
¿Os gusta el azul?
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El foquin cel
Tengo un largo historial de pérdidas de teléfonos celulares. He perdido todos y cada uno de los que he utilizado. Como que de algún modo llegan a su tiempo límite y no soportan más estar conmigo.
El miércoles 24 de junio estuve en Puebla; visita relámpago: concierto de Calamaro. Todo genial. Me quedé con mi primo Julio a quien no veía hacía ocho años. Qué gran tipo. Olvidé mi celular.
El lunes (antier) fui a buscar el dichoso artefacto a multipack. Julio tuvo la gentileza de, incluso, pagar el flete (¿no les digo?, un tipazo, sin duda).
Ayer martes una chica se sentó demasiado cerca de mí en el camión de regreso a casa. Yo --que estaba distraído leyendo a Conan Doyle-- me separé un poco; ella volvió a acercarse y yo a alejarme. Volteé a verla, se hizo la desentendida y se levantó. Dejó su canasta de pan en el asiento, cubierta, hasta que el camión se detuvo y se bajó. Estuvo pocos minutos arriba.
Aún me hace falta revisar bien en mi recámara, que está a medio levantar, pero tengo la sospecha de que ella tomó mi celular.
It was time, I suppose. Si aparece, les aviso.
---
[Actualización]
Y esta rola, sólo para ti ;)
---
[Actualización 2]
Encontré el cel; estaba abajo de la almohada, duh. Lo primero que hice fue pasar el directorio a una libreta o_O.
El miércoles 24 de junio estuve en Puebla; visita relámpago: concierto de Calamaro. Todo genial. Me quedé con mi primo Julio a quien no veía hacía ocho años. Qué gran tipo. Olvidé mi celular.
El lunes (antier) fui a buscar el dichoso artefacto a multipack. Julio tuvo la gentileza de, incluso, pagar el flete (¿no les digo?, un tipazo, sin duda).
Ayer martes una chica se sentó demasiado cerca de mí en el camión de regreso a casa. Yo --que estaba distraído leyendo a Conan Doyle-- me separé un poco; ella volvió a acercarse y yo a alejarme. Volteé a verla, se hizo la desentendida y se levantó. Dejó su canasta de pan en el asiento, cubierta, hasta que el camión se detuvo y se bajó. Estuvo pocos minutos arriba.
Aún me hace falta revisar bien en mi recámara, que está a medio levantar, pero tengo la sospecha de que ella tomó mi celular.
It was time, I suppose. Si aparece, les aviso.
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[Actualización]
Y esta rola, sólo para ti ;)
---
[Actualización 2]
Encontré el cel; estaba abajo de la almohada, duh. Lo primero que hice fue pasar el directorio a una libreta o_O.
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martes, 7 de julio de 2009
Hm... Ahora resulta que estoy muy contento. Lo bien que cae en uno el ejercicio francamente raya en lo ridículo. Falta algo mucho más difícil: alimentarse sanamente... con lo que me gustan las hamburguesas, los taquitos, la pizzas...
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domingo, 5 de julio de 2009
Damn... I miss you, guys. Hay que armarla bien, con un poco más de tiempo... =(.
Por otro lado, poco a poco --salvo por ese cambio grande-- todo va tomando su curso, regresando a la normalidad. Espero retomar la tesis la semana que entra; he vuelto al yoga, al ejercicio. Recupero mi vida después de tenerla un rato en una especie de suspensión temporal en un frasco de formol.
Y todo va a estar bien.
Por otro lado, poco a poco --salvo por ese cambio grande-- todo va tomando su curso, regresando a la normalidad. Espero retomar la tesis la semana que entra; he vuelto al yoga, al ejercicio. Recupero mi vida después de tenerla un rato en una especie de suspensión temporal en un frasco de formol.
Y todo va a estar bien.
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viernes, 3 de julio de 2009
martes, 23 de junio de 2009
De regreso
Acá afuera hay huapango. Antes me cagaba que hubiera celebraciones y convivios en la explanada de la Secretaría tan seguido. Ahora lo estoy disfrutando. I mean, en serio, lo estoy disfrutando.
Supongo que todo pasa por algo.
But, i must say, i kinda miss my friends =/.
- - -
As you see, I'm still taking the garbage out; if you're sensitive or somethin' you should stop reading right now.
- - -
Ahora la música suena a circo, y trae reminiscencias de la niñez. La jirafa impresionante no cesaba de masticar y yo de ver hacia arriba y pensar en qué sería de mí si decidiera cambiar su dieta de hierbas a niños con peinado de cepillo.
- - -
Me llama la secretaria. La jefa de la oficina en que estuve trabajando todos estos meses envió un oficio a mi jefe en donde me acusa de mi falta de profesionalismo, de que llegaba siempre tarde, de que me iba a comer a la hora que quería [desde la última plática ruda que tuve con ella hace ya varios meses (debe haber sido en diciembre) nada de eso sucede sino esporádicamente --tal vez haya llegado tarde tres o cuatro veces en seis meses--] y de que no había ido hoy. Ay, ese mi jefe... quedó de avisarle que ya estaría yo aquí. En fin. Que se le pudra el hígado. Pobrecita.
Supongo que todo pasa por algo.
But, i must say, i kinda miss my friends =/.
- - -
As you see, I'm still taking the garbage out; if you're sensitive or somethin' you should stop reading right now.
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Ahora la música suena a circo, y trae reminiscencias de la niñez. La jirafa impresionante no cesaba de masticar y yo de ver hacia arriba y pensar en qué sería de mí si decidiera cambiar su dieta de hierbas a niños con peinado de cepillo.
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Me llama la secretaria. La jefa de la oficina en que estuve trabajando todos estos meses envió un oficio a mi jefe en donde me acusa de mi falta de profesionalismo, de que llegaba siempre tarde, de que me iba a comer a la hora que quería [desde la última plática ruda que tuve con ella hace ya varios meses (debe haber sido en diciembre) nada de eso sucede sino esporádicamente --tal vez haya llegado tarde tres o cuatro veces en seis meses--] y de que no había ido hoy. Ay, ese mi jefe... quedó de avisarle que ya estaría yo aquí. En fin. Que se le pudra el hígado. Pobrecita.
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lunes, 15 de junio de 2009
Vivir, bloguear, soñar acaso
Pues ná, cabeza empantaná. Como que viajar me cansa mucho, me pone en un estado vegetativo durante la semana. Para descansar en serio, nada como un wiquend como el que acaba de pasar, de hueva absoluta, ida al cine, caminata, súper, limpieza, musiquita... Pero es que cuando viajo la paso tan bien...
Beh, que no he escrito nada (esto no cuenta) porque estuve viviendo, que le dicen. He llegado a casa ridículamente cansado y con la cabeza muy embrollada. No había tenido tampoco libertades acá en la ofi para escribir una entradilla decente. Ni siquiera una indecente, como ésta qúe us´te lee´ (vagina).
Y no es que le interese a usté, ni muchomenso menos, pero anduve en otras partes, a saber, el recortado fin de semana anteantepasa'o en la mismísima Esmeralda del Sureste para poder ver a mis hermanos (quién sabe cuándo pueda hacerlo de nuevo) --lo cual, curiosamente, pareció no gustarle mucho a nadie, salvo a mi abuela y a mi tía Marisa, ja-- y otro, este sí completo --completísimo, con lunes incluido-- en Córdoba donde, ahí sí, todos me recibieron con harto gusto y los abrazos correspondientes.
Como siempre, he visto pelis --aunque me salté un jueves (cosa que parece no me perdonarán los aquellos), lo aproveché pa ver de nuevo Master & Commander (y me di cuenta de que Lord Blakeney es el mismísimo Octaviano de más morrito)--. He soñado un par de veces y he leído bastante. He platicado, comido, bebido, dormido y excretado. No he escrito nada hace casi tres semanas, y por eso es que este texto es, también --o, más bien-- una excreción: tengo la teoría de que antes de escribir cualquier cosa --como antes de arreglar la casa-- necesito hacer limpieza y sacar la basura; es después que comienzan a aparecer elementos con un poco más de forma (o un poco de mejor forma, que es casi lo mismo, pero distinto).
En fin, que nada, que luego escribo.
Y saludos para todos.
Beh, que no he escrito nada (esto no cuenta) porque estuve viviendo, que le dicen. He llegado a casa ridículamente cansado y con la cabeza muy embrollada. No había tenido tampoco libertades acá en la ofi para escribir una entradilla decente. Ni siquiera una indecente, como ésta qúe us´te lee´ (vagina).
Y no es que le interese a usté, ni mucho
Como siempre, he visto pelis --aunque me salté un jueves (cosa que parece no me perdonarán los aquellos), lo aproveché pa ver de nuevo Master & Commander (y me di cuenta de que Lord Blakeney es el mismísimo Octaviano de más morrito)--. He soñado un par de veces y he leído bastante. He platicado, comido, bebido, dormido y excretado. No he escrito nada hace casi tres semanas, y por eso es que este texto es, también --o, más bien-- una excreción: tengo la teoría de que antes de escribir cualquier cosa --como antes de arreglar la casa-- necesito hacer limpieza y sacar la basura; es después que comienzan a aparecer elementos con un poco más de forma (o un poco de mejor forma, que es casi lo mismo, pero distinto).
En fin, que nada, que luego escribo.
Y saludos para todos.
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sábado, 23 de mayo de 2009
De mi nombre
Ya antes me he referido a este tema, pero de una manera, digamos, más fictiva. La verdad es que nunca he tenido problemas con llamarme Francisco; no es un nombre que me moleste de modo alguno; tampoco es uno que me guste especialmente.
Me llamo Francisco porque mi padre se llama Francisco, y él se llama así porque su abuela (la madre de su padre) se llamaba Francisca, y ella llevaba ese nombre porque, según creo, nació un 4 de octubre. Nada en especial. Como dato curioso, en el acta de bautismo (religiosa), mi padre aparece como 'Francisco Elías', pero en el acta de nacimiento (civil), sólo le pusieron Francisco.
He buscado después el origen del nombre. El primero de todos los Franciscos fue el santo de Asís (1181-1226), cuyo nombre en realidad era Giovanni; seguro recordarán que el padre era comerciante... bueno, pues el tipo tenía negocios en Francia y le gustaba mucho, y supuestamente hablaba afrancesado y tenía sirvientes franceses y la onda. Un francófilo, que le dicen, y pos le puso a su hijo el apodo de 'Francesco'. Weird, huh? ¡Un apodo!
El nombre se ha difundido mucho. Yo conozco a varios. Seguramente ustedes también. Realmente, aunque a veces hago bromas al respecto, como ya había dicho, nunca había sido problema para mí, hasta que vi esto:
Armandís de Mina y Rechy Tenenbaum pensaron que habían inventado lo de Pachi (luego les cuento). Bien lo dijo el de Mina al descubrir lo que aquí muestro: No hay nada nuevo bajo el sol.
Me llamo Francisco porque mi padre se llama Francisco, y él se llama así porque su abuela (la madre de su padre) se llamaba Francisca, y ella llevaba ese nombre porque, según creo, nació un 4 de octubre. Nada en especial. Como dato curioso, en el acta de bautismo (religiosa), mi padre aparece como 'Francisco Elías', pero en el acta de nacimiento (civil), sólo le pusieron Francisco.
He buscado después el origen del nombre. El primero de todos los Franciscos fue el santo de Asís (1181-1226), cuyo nombre en realidad era Giovanni; seguro recordarán que el padre era comerciante... bueno, pues el tipo tenía negocios en Francia y le gustaba mucho, y supuestamente hablaba afrancesado y tenía sirvientes franceses y la onda. Un francófilo, que le dicen, y pos le puso a su hijo el apodo de 'Francesco'. Weird, huh? ¡Un apodo!
El nombre se ha difundido mucho. Yo conozco a varios. Seguramente ustedes también. Realmente, aunque a veces hago bromas al respecto, como ya había dicho, nunca había sido problema para mí, hasta que vi esto:
Armandís de Mina y Rechy Tenenbaum pensaron que habían inventado lo de Pachi (luego les cuento). Bien lo dijo el de Mina al descubrir lo que aquí muestro: No hay nada nuevo bajo el sol.
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viernes, 22 de mayo de 2009
La luna nueva que se viene, la del Uath, según la tradición celta, es especialmente pródiga con los cambios, con la renovación.
Curioso: se empata perfecto con todo lo demás.
Curioso: se empata perfecto con todo lo demás.
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domingo, 17 de mayo de 2009
mayo, mayo, mayo
Ah, que este mayo, con sus cosas... No había hecho cuentas, ¿sabes? Hacía tiempo que no pensaba en esto. Y es que fue en mayo, hace ya cuatro años, en que, estando lejos, todo cambió. Recuerdo perfectamente un miércoles 25 de mayo, final de la Champions, Liverpool-Milan. Cualquier aficionado lo recordará; el mejor partido de fútbol que he visto en mi vida. Llegué tarde a una comida en el Postodoro para celebrar el cumpleaños de mi hermano con él y con Gaby. Cuando comíamos el postre (un tiramisú de cuando todavía los hacían ricos ahí) recibí un mensaje tuyo en el que me decías cómo te gustaba ese hoyo de piedra, ¿lo recuerdas? Hasta entonces habíamos tenido una relación agradable, y cuando partiste para allá yo me di cuenta de que estaba enamorado, y decidí hablarlo contigo a tu regreso. El mensaje por celular y otros mensajes por correo electrónico que habíamos intercambiado por entonces (he corrido ahora a revisarlos) me decían que todo iba por buen camino. Cuando regresaste de allá, sin embargo, habías cambiado. Eras otra persona, con otra idea de lo que había entre nosotros. Nunca supe qué sucedió entre ese día, 25 de mayo, y los primeros de abril. Me gustaría preguntártelo (y no, no lo hubiera hecho de habernos visto; de hecho, si hubiera sucedido tal vez no hubiese recordado todo esto).
Me da gusto escuchar que tú estás bien. Yo también lo estoy, pero no por eso dejo de extrañarte.
Disfruta de tu nueva casa. Lo mereces.
Me da gusto escuchar que tú estás bien. Yo también lo estoy, pero no por eso dejo de extrañarte.
Disfruta de tu nueva casa. Lo mereces.
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sábado, 16 de mayo de 2009
...
Después de transcurrida una semana desde la última vez que Mumaina había visto a Aari su preocupación arreció. Fue a la biblioteca de la ciudad para preguntar por él y ver si lo encontraba (había un túnel que conducía del sótano de su casa a uno de los de la biblioteca; sólo ella y su marido sabían de él). Nadie supo darle noticias del paradero del bibliotecario principal. Ella, ya visiblemente exaltada, corrió entonces con las autoridades de la ciudad y rodeada de ellas llegó a su casa y a la puerta de su sótano, llamó quedamente primero, después más fuerte, y luego, ya desesperada a gritos y a golpes. Se tuvo que tirar la puerta con un ariete. Mumaina se desmayó.
El hedor era insoportable. Aari Umayr yacía sobre el piso de piedra. Sanguinolento, lleno de larvas, se extiende en la pared más grande un mural grotesco y hermoso. Representa a un hombre arrodillado, vestido suntuosamente, que sostiene entre sus manos el medallón de la familia Umayr; a lo lejos, las montañas; más cerca, el mar. Un conocimiento básico de la geografía regional provocó en cuantos lo vieron un fugaz extrañamiento, una sensación indefinible de vacío: Atendiendo a las inmediaciones, el hombre pintado con sangre debería estar en la plaza central de Maikh' Sikh; sin embargo, estaba enmedio de un desierto.
Se celebraron esa noche las exequias, lúgubres y vacías: Además de que la muerte del bibliotecario había sido considerada un suicidio deshonroso, que dejaba a la biblioteca sin un dirigente apto, y la situación, innegable producto de una mente enferma --reproducciones del mural elaboradas por distintos artistas circularon rápidamente por las manos de los habitantes de la ciudad haciéndola enseguida tristemente célebre--, la enorme caravana Kel Tademaket había arribado esa misma noche y situado su enorme y atractivo mercado-campamento a las afueras de Maikh' Sikh. Su líder, Ïtïm Ysämäh, sonreía complacido.
El hedor era insoportable. Aari Umayr yacía sobre el piso de piedra. Sanguinolento, lleno de larvas, se extiende en la pared más grande un mural grotesco y hermoso. Representa a un hombre arrodillado, vestido suntuosamente, que sostiene entre sus manos el medallón de la familia Umayr; a lo lejos, las montañas; más cerca, el mar. Un conocimiento básico de la geografía regional provocó en cuantos lo vieron un fugaz extrañamiento, una sensación indefinible de vacío: Atendiendo a las inmediaciones, el hombre pintado con sangre debería estar en la plaza central de Maikh' Sikh; sin embargo, estaba enmedio de un desierto.
Se celebraron esa noche las exequias, lúgubres y vacías: Además de que la muerte del bibliotecario había sido considerada un suicidio deshonroso, que dejaba a la biblioteca sin un dirigente apto, y la situación, innegable producto de una mente enferma --reproducciones del mural elaboradas por distintos artistas circularon rápidamente por las manos de los habitantes de la ciudad haciéndola enseguida tristemente célebre--, la enorme caravana Kel Tademaket había arribado esa misma noche y situado su enorme y atractivo mercado-campamento a las afueras de Maikh' Sikh. Su líder, Ïtïm Ysämäh, sonreía complacido.
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sábado, 9 de mayo de 2009
Regreso a Maikh' Sikh
Mumaina, molesta, se sentó a la mesa y comenzó a comer a solas. Sabía que su marido no saldría sino hasta pasadas varias horas (tal vez, incluso, un día completo) y no debía ser importunado. No importaba cuántas veces había sucedido, ella se seguía poniendo furiosa y la comida le seguía cayendo mal en el estómago. Con el paso de los años se había ido esforzando cada vez menos en la planeación y preparación de los platillos. Al final, los habitantes de la casa --que ya no tardaría en convertirse en una pensión-- se alimentaban con los insectos que caían en una trampa de caramelo especialmente diseñada para ello.
Aari Umayr estaba fuera de sí. Sus ojos, de ordinario de un azul muy claro, lechoso, se tornaron blancos. Cuando entraba en trance, normalmente garabateaba líneas caóticas, sin sentido aparente, con su sangre. En sus largas horas de estudio llegó a detectar decenas de idiomas diferentes en sus escritos --alcanzó a traducir cerca de mil--. Hacía años que estas labores le estaban imposibilitadas --hacía años que se había quedado ciego--. Al principio lloró para sí mismo y clamó a Dios por su pérdida; después comprendió que en su afán de conocimiento se había vuelto ambicioso, que su trabajo era (siempre había sido) el de conducto para que ese conocimiento llegara al mundo, y no (nunca había sido) el de tener acceso a él, y aceptó, dócil, su destino.
Esta ocasión, sin embargo, era --al menos en apariencia-- diferente.
- - -
continuará o_O...
Aari Umayr estaba fuera de sí. Sus ojos, de ordinario de un azul muy claro, lechoso, se tornaron blancos. Cuando entraba en trance, normalmente garabateaba líneas caóticas, sin sentido aparente, con su sangre. En sus largas horas de estudio llegó a detectar decenas de idiomas diferentes en sus escritos --alcanzó a traducir cerca de mil--. Hacía años que estas labores le estaban imposibilitadas --hacía años que se había quedado ciego--. Al principio lloró para sí mismo y clamó a Dios por su pérdida; después comprendió que en su afán de conocimiento se había vuelto ambicioso, que su trabajo era (siempre había sido) el de conducto para que ese conocimiento llegara al mundo, y no (nunca había sido) el de tener acceso a él, y aceptó, dócil, su destino.
Esta ocasión, sin embargo, era --al menos en apariencia-- diferente.
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continuará o_O...
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viernes, 8 de mayo de 2009
Hoy, viernes, será un día pesado.
Hm... Hoy-ayer fue jueves de pelis, llegué algo tarde, me bañé, trabajé un rato, respondí un par de largos mails. Me quedan pocas energías, pero no quería irme a la cama sin postear. A partir del amanecer me las voy a ver duras: casi seguro la jefa de la oficina en donde estoy comisionado desde -fuck- noviembre, va a loquear. No estaría de más echarse un Sinogan® antes de ir al laburo para, mientras despotrica, mirarla con ojos de felino adormilado y decirle, cool as a penguin's ass: "tranquis, krankys, ¿no que mi horario era de nueve a tres y de cuatro a seis?". Don't wanna get angry, mun... but... have to say I'm even kinda lookin' forward to it. Si no pasa, hm, mejor.
De ahí, a casa, una llamada pendiente, un regaderazo (gonna need it so bad) y, despuecito, al toquín lunático. Vayan, va a ponerse bueno.
El sábado voy a estar taaan muerto...
Disculpad la falta de coherencia. En verdad es tarde.
Wish me luck.
De ahí, a casa, una llamada pendiente, un regaderazo (gonna need it so bad) y, despuecito, al toquín lunático. Vayan, va a ponerse bueno.
El sábado voy a estar taaan muerto...
Disculpad la falta de coherencia. En verdad es tarde.
Wish me luck.
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miércoles, 6 de mayo de 2009
Sigue abierta la válvula
Desde el fondo del espejo me mira, tras la puerta que tengo a mis espaldas. Apenas alcanzo a distinguirla, de reojo. Apenas la reconozco, súcubo perfecto, completamente desnuda, con la piel requemada. Qué desperdicio, pienso, y me hago el desentendido; abro el grifo y salen unas gotas apenas: no hay agua. Qué desperdicio, piensas. Yo lo escucho, sonrío a medias.
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martes, 5 de mayo de 2009
A manera de válvula de escape
Beh, que no va en serio, pues, que vos sabés que sho siempre... whatever. Algo de verdad debe haber en todas estas cosas, puesto que yo sigo pensando que eres tú. Y no, nunca eres tú, soy yo. Soy sho, che, vos sabés. Y esta locura que viene y se va. Nada de música en dos días. Teclas, teclas, teclas. Nunca pensé que llegaría a saber tanto sobre la Ley de Montes de Aragón, el Reglamento de Pesca, el de Caza, el de casa... casa (vámonos...). Permanecen los demonios. El universo se empecina en demostrarme que no le importa qué tan bien haga los planes, y yo a veces me siento a punto de... Casi nunca entiendo de dónde viene. Casi nunca, pero ahora sí lo sé. Y es que te quería ver, quedira mái quirade íam irme da aquí ir aquí dame (una mordida, compañera). Nunca antes había tenido nostalgia por el puerto de Veracruz y las puestas de sol en Antón Lizardo (fuera de analepsis: hubiera estado muy bien caminar sobre la arena o bajo ella en los túneles abiertos por el tiempo, los cangrejos y otros seres subterráneos).
Una puesta de sol, tres perros grandes, mi padre y su mujer, la guitarra y una tristeza ridícula, pero tan dolorosa como cualquiera. Y el mar
¡El mar, el mar!
Dentro de mí lo siento
Ya tan sólo de pensar
en él, tan mío,
tiene un sabor de sal mi pensamiento.
No llevaba a Gorostiza, pero igual estaba ahí. Y yo estaba tan dormido, con los ojos tan cerrados... De eso debe hacer ya diez años. Estaba solo.
Hoy no me he sentido solo en absoluto. Pero esta piedrita en el zapato --¿efecto acaso de la reflexología?-- simplemente no me deja respirar.
Una puesta de sol, tres perros grandes, mi padre y su mujer, la guitarra y una tristeza ridícula, pero tan dolorosa como cualquiera. Y el mar
¡El mar, el mar!
Dentro de mí lo siento
Ya tan sólo de pensar
en él, tan mío,
tiene un sabor de sal mi pensamiento.
No llevaba a Gorostiza, pero igual estaba ahí. Y yo estaba tan dormido, con los ojos tan cerrados... De eso debe hacer ya diez años. Estaba solo.
Hoy no me he sentido solo en absoluto. Pero esta piedrita en el zapato --¿efecto acaso de la reflexología?-- simplemente no me deja respirar.
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lunes, 4 de mayo de 2009
The Return of the Pac!!
¿Cómo lo hice?
La explicación sencilla, con monólogo
I'm a frigging genius.
Chrome, you can kiss my beautifully built ass; I'm going back to Firefox.
Firefox... I'm sorry, I was just trying new stuff. What? A threesome??... Well, let me just think about it.
La explicación técnica
1) Seguí todos los pasos lógicos (borré historial y caché, abrí e intenté subir una entrada nueva con otros browsers, repasé varias veces de cabo a rabo todas las opciones que se ofrecen en la sección de diseño del blog --incluso en la edición en html--, busqué fallidamente este problema en un par de foros de ayuda y abrí sendos threads); todo estaba en su lugar, pero sencillamente las entradas no aparecían en la página principal.
2) Exporté el blog a un archivo en .xml.
3) Cambié el dominio de mi blog (a http://anfiteatromuerto.blogspot.com --ahí sigue y seguirá--) para tomar de él lo que hiciera falta.
4) Abrí un nuevo blog en http://anfiteatro.blogspot.com, la dirección original.
5) Importé mi blog y agregué lo que hacía falta (a saber, la c-box y mi Quelonia).
Intenté hacerlo primero en el Chrome, pero fue imposible. Firefox seguirá siendo, pues, my browser of choice.
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domingo, 3 de mayo de 2009
No he posteado en todo este tiempo porque...
Y nomás no les dejo el video porque los de Virgin son chotos y no dejan jalarlo del Youtube.
Abrazos a quien se deje.
miércoles, 11 de marzo de 2009
2008 (lo bueno) + Premio dardo
(el borrador es de finales de enero :O)
A pesar de todo lo que menciono en la entrada de "lo malo y lo feo" --a pesar, pues, de no lograr nada de lo que, en distintos momentos, me había propuesto--, hubo, desde luego, mucho que rescatar, sobre todo, a la gente.
Lo mejor, acaso por inesperado, fue el descubrir de repente a dos grandes amigos en personas que, además, conocía de tiempo atrás. La relación con Armando y con Ernesto, como ya se los he hecho saber, slvó al año pasado de la nada absoluta, de la desesperación, y cargó la balanza hacia el otro lado, que me permite --¿ingenuamente?-- echar pa'lante y seguir con optimismo. Hacía tiempo que no pasaba tanto tiempo con personas con intereses, gustos e influencias tan parecidos a los míos. Desde los años de cabaret, acaso... Se aparecieron, además, en un momento inmejorable: justo cuando andaba yo desanimado por la partida de mis queridísimas Karla y Esbed, quienes me habían mantenido a flote un poco antes --de nuevo, justo a tiempo--. Una fugaz e intensa potenciación de su amistad es definitivamente otra de las cúspides de 2008. Las extraño mucho a ratos, queridísimas. Necesitaban irse, eso sí, ni dudarlo. Besos, besos, besos a las dos (¡Karla! ¡Qué sorpresa!).
- - - -
La versión original, la que se perdió para siempre en el ciberespacio, incluía una larga redacción de otras personas a quienes me gustaría o creo que me hizo falta haber visto más (Gabriela, Rodrigo, la Mamma, Rul, Jes, Tor, Vitch, Roy, ш, Vera, el primo Pichulfo y la tía Marisa, sobre todo); otra de cómo Raf y Richie se han convertido en una especie de familia acá en Xalapa --familia a la que, como a la demás, cada vez veo menos-- y otra de gente a la que no vi, y que me gustaría haber visto (Alan [a quien finalmente vi hace un par de semanas], Karelia [a quien ya vi dos veces este año =D] y al bueno del Pablo [ayer recibí una llamada suya, aunque en un momento no muy oportuno... Debo regresártela, che... es que me quedé dormido...]).
- - - -
Y ahora toca agradecer al único, inigualable y maligno Don Armandís Oscuro por haberme lanzado este honorable Dardo. A usté, Don Armandís Oscuro... Darmuro, no lo conozco tan bien, pero asumo que el buen Don Armandís de Mina ha puesto the good word pa mí. Agradézcale a él también de mi parte.
Iren:
Y esto también:
Con el Premio Dardos se reconocen los valores que cada blogger usa al transmitir valores culturales, éticos, literarios, personales, etc., que, en suma, demuestran su creatividad a través del pensamiento vivo que está y permanece intacto entre sus letras, entre sus palabras. Estos premios fueron creados con la intención de promover la cofraternización entre los bloggers, una forma de demostrar cariño y reconocimiento por un trabajo que agregue valor a la Web.
*no voy a llorar, no voy a llorar* *gasp*
Amigos... Acepto este premio con humildad y, y... Gracias a mis padres y a mis hermanos; gracias a mis amigos... no traje un discurso escrito y, y... bueno, queda hacer llegar tres premios dardos a tres nuevos ganadores. Los premios dardos que otorgaré son para:
*redobles*
Anavitch, por su perspectiva sardónica, amplísima e hilarante de la vida.
Coyotito, por el fuego que lleva dentro, por sus ideas y su deliciosa personalidad.
ш, por animarse a hacer el viaje de su vida, por su locura, el juego, las pláticas, las cosas, los juguetes y las góndolas.
A todos ellos, también, por su amistad y por su fuerza, que ayuda a sostener a estas dos patas de palo, a pesar de los temblores.
Como en otros premios de este estilo, a quienes lo han obtenido les toca escribir una entrada, incluir la imagen, premiar a su vez a tres personas e incluir las razones para hacerlo, avisándoles pa que senteren.
Salús y abrazos pa quien se deje.
A pesar de todo lo que menciono en la entrada de "lo malo y lo feo" --a pesar, pues, de no lograr nada de lo que, en distintos momentos, me había propuesto--, hubo, desde luego, mucho que rescatar, sobre todo, a la gente.
Lo mejor, acaso por inesperado, fue el descubrir de repente a dos grandes amigos en personas que, además, conocía de tiempo atrás. La relación con Armando y con Ernesto, como ya se los he hecho saber, slvó al año pasado de la nada absoluta, de la desesperación, y cargó la balanza hacia el otro lado, que me permite --¿ingenuamente?-- echar pa'lante y seguir con optimismo. Hacía tiempo que no pasaba tanto tiempo con personas con intereses, gustos e influencias tan parecidos a los míos. Desde los años de cabaret, acaso... Se aparecieron, además, en un momento inmejorable: justo cuando andaba yo desanimado por la partida de mis queridísimas Karla y Esbed, quienes me habían mantenido a flote un poco antes --de nuevo, justo a tiempo--. Una fugaz e intensa potenciación de su amistad es definitivamente otra de las cúspides de 2008. Las extraño mucho a ratos, queridísimas. Necesitaban irse, eso sí, ni dudarlo. Besos, besos, besos a las dos (¡Karla! ¡Qué sorpresa!).
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La versión original, la que se perdió para siempre en el ciberespacio, incluía una larga redacción de otras personas a quienes me gustaría o creo que me hizo falta haber visto más (Gabriela, Rodrigo, la Mamma, Rul, Jes, Tor, Vitch, Roy, ш, Vera, el primo Pichulfo y la tía Marisa, sobre todo); otra de cómo Raf y Richie se han convertido en una especie de familia acá en Xalapa --familia a la que, como a la demás, cada vez veo menos-- y otra de gente a la que no vi, y que me gustaría haber visto (Alan [a quien finalmente vi hace un par de semanas], Karelia [a quien ya vi dos veces este año =D] y al bueno del Pablo [ayer recibí una llamada suya, aunque en un momento no muy oportuno... Debo regresártela, che... es que me quedé dormido...]).
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Y ahora toca agradecer al único, inigualable y maligno Don Armandís Oscuro por haberme lanzado este honorable Dardo. A usté, Don Armandís Oscuro... Darmuro, no lo conozco tan bien, pero asumo que el buen Don Armandís de Mina ha puesto the good word pa mí. Agradézcale a él también de mi parte.
Iren:
Y esto también:
Con el Premio Dardos se reconocen los valores que cada blogger usa al transmitir valores culturales, éticos, literarios, personales, etc., que, en suma, demuestran su creatividad a través del pensamiento vivo que está y permanece intacto entre sus letras, entre sus palabras. Estos premios fueron creados con la intención de promover la cofraternización entre los bloggers, una forma de demostrar cariño y reconocimiento por un trabajo que agregue valor a la Web.
*no voy a llorar, no voy a llorar* *gasp*
Amigos... Acepto este premio con humildad y, y... Gracias a mis padres y a mis hermanos; gracias a mis amigos... no traje un discurso escrito y, y... bueno, queda hacer llegar tres premios dardos a tres nuevos ganadores. Los premios dardos que otorgaré son para:
*redobles*
Anavitch, por su perspectiva sardónica, amplísima e hilarante de la vida.
Coyotito, por el fuego que lleva dentro, por sus ideas y su deliciosa personalidad.
ш, por animarse a hacer el viaje de su vida, por su locura, el juego, las pláticas, las cosas, los juguetes y las góndolas.
A todos ellos, también, por su amistad y por su fuerza, que ayuda a sostener a estas dos patas de palo, a pesar de los temblores.
Como en otros premios de este estilo, a quienes lo han obtenido les toca escribir una entrada, incluir la imagen, premiar a su vez a tres personas e incluir las razones para hacerlo, avisándoles pa que senteren.
Salús y abrazos pa quien se deje.
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miércoles, 28 de enero de 2009
Extra, extra, "lo bueno" se tarda en salir
Previendo la posibilidad de que una introducción a la entrada de "lo bueno" se extendiera demasiado, dispóngome (ambrón) a redactar ésta que usté leé (aquí).
Pues nada, que el universo me obligó a esperar pa poder postear de nuevo --joder, ya que me estaba encarrerando--: 1) el miércoles 21 terminé de escribir la entrada con las notas de mi libreta y mucho más, de lo que --oh witty bastard me-- se me ocurrió al escribir, pero al darle al botón de Publicar, el Blogger me dijo que nel, que ahí luego; 2) el jueves 22 y el viernes 23 no tuve interné en la ofi; 3) el sábado 24 trabajé casi doce horas en casa y de ahí me fui a una fiesta (felices 27, querida tamarindera :D); 4) el domingo 25... pues descansé; 5) el lunes 26 seguía sin interné y, por último, 6) ayer estuve en jodísima con muchos pendientes...
En fin; también pensé en lo inapropiado que resultaría andar presumiendo de lo bueno que me ha pasado cuando la vida puede ser tan hijadeputa --cosas, cosas, cercanas y jodidas; ganas de abrazar a alguien y compromisos que lo impiden, joder-- y en que el Armandís curiosamente enumeró --o punteó, que le dicen-- lo que yo había escrito pa lo bueno en su comentario a la penúltima (antepenúltima, cuando publique esto... la del lunes 19, vamos) entrada y el desarrollo de la nueva podría malinterpretarse como absolutamente falta de originalidad --sobre todo porque luego todos empezaron sus comentarios con "como dice Armandís" o "Armandís tiene razón" o "ay, qué bueno está Armandís". Y ya.
Ah, que esta hubiera sido una introducción aburridísima, ¿que, no? Mejor una mala entrada completa.
Al escribir esta entrada sobre otra entrada --sobre otras: una publicada, la otra por publicarse--, recordé una vez que el Bastian --que también dejó un comentario en esa misma entrada (la del 19)--, tras una conferencia en el Salón Azul, sabiamente interrumpió una intervención mía que ya daba signos de perderse en derroteros inútiles con, palabras más, palabras menos, lo que sigue: "Tú no te preocupes por eso y mejor haz la pregunta o concluye tu comentario, porque ya más bien estás haciendo una intervención sobre tu intervención". Yo, enseguida, callé, y pensé: "Puta madre, una metaintervención: he inventado un género". Levanté los brazos en actitud victoriosa y salí volando por la ventana, justo a tiempo para salvarme: detrás de mí, el deconstruccionismo y el posmodernismo consumieron cuanto estaba a su paso, y volutas de ideas caían abstractas, inexorables --¡oh, intrínseca cualidad gravitatoria!--, sobre el suelo. Fue un momento oscuro en la historia de la ex unidad de humanidades.
Pues nada, que el universo me obligó a esperar pa poder postear de nuevo --joder, ya que me estaba encarrerando--: 1) el miércoles 21 terminé de escribir la entrada con las notas de mi libreta y mucho más, de lo que --oh witty bastard me-- se me ocurrió al escribir, pero al darle al botón de Publicar, el Blogger me dijo que nel, que ahí luego; 2) el jueves 22 y el viernes 23 no tuve interné en la ofi; 3) el sábado 24 trabajé casi doce horas en casa y de ahí me fui a una fiesta (felices 27, querida tamarindera :D); 4) el domingo 25... pues descansé; 5) el lunes 26 seguía sin interné y, por último, 6) ayer estuve en jodísima con muchos pendientes...
En fin; también pensé en lo inapropiado que resultaría andar presumiendo de lo bueno que me ha pasado cuando la vida puede ser tan hijadeputa --cosas, cosas, cercanas y jodidas; ganas de abrazar a alguien y compromisos que lo impiden, joder-- y en que el Armandís curiosamente enumeró --o punteó, que le dicen-- lo que yo había escrito pa lo bueno en su comentario a la penúltima (antepenúltima, cuando publique esto... la del lunes 19, vamos) entrada y el desarrollo de la nueva podría malinterpretarse como absolutamente falta de originalidad --sobre todo porque luego todos empezaron sus comentarios con "como dice Armandís" o "Armandís tiene razón" o "ay, qué bueno está Armandís". Y ya.
Ah, que esta hubiera sido una introducción aburridísima, ¿que, no? Mejor una mala entrada completa.
Al escribir esta entrada sobre otra entrada --sobre otras: una publicada, la otra por publicarse--, recordé una vez que el Bastian --que también dejó un comentario en esa misma entrada (la del 19)--, tras una conferencia en el Salón Azul, sabiamente interrumpió una intervención mía que ya daba signos de perderse en derroteros inútiles con, palabras más, palabras menos, lo que sigue: "Tú no te preocupes por eso y mejor haz la pregunta o concluye tu comentario, porque ya más bien estás haciendo una intervención sobre tu intervención". Yo, enseguida, callé, y pensé: "Puta madre, una metaintervención: he inventado un género". Levanté los brazos en actitud victoriosa y salí volando por la ventana, justo a tiempo para salvarme: detrás de mí, el deconstruccionismo y el posmodernismo consumieron cuanto estaba a su paso, y volutas de ideas caían abstractas, inexorables --¡oh, intrínseca cualidad gravitatoria!--, sobre el suelo. Fue un momento oscuro en la historia de la ex unidad de humanidades.
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martes, 20 de enero de 2009
now, hold your horses, people...
Aún falta "lo bueno"... el pedo es que escribí lo que sería mi entrada temprano en la mañana --en mi libretuca nueva (Grax, Laurísima querida)--, antes de zambullirme en ese laberinto de contradicciones sintácticas y de origen, que tergiversan de tan fea manera mi propia redacción y, oh, so tipical, la olvidé en la otra oficina.
En fin, que aguanten, porque por supuesto quedan cosas qué contar.
Salud, pues...
y esta rola
En fin, que aguanten, porque por supuesto quedan cosas qué contar.
Salud, pues...
y esta rola
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lunes, 19 de enero de 2009
2008 - lo malo y lo feo
Fue para mí un año raro el que acaba de terminar. Como he comentado a algunos amigos, a mediados de diciembre sentí algo que siempre temí al escucharlo de otras personas, siempre mayores que yo, normalmente durante las reuniones y cenas que se acostumbran en esa época; sentí, decía, que no hice nada.
Y es que tenía pensadas algunas cosas para ese 2008; ninguna escrita a manera de propósitos, ni mucho menos, sino sencillamente cosas que pensaba hacer, escribir, lograr el año recién terminado. Las más significativas, respectivamente, irme a vivir en DF con quien pensé era la mujer de mi vida (paf), escribir la tesis y obtener una de las dos becas para escritores novatos que dan en el país.
De esas, nada. Todas, en su momento, significaron hasta cierto grado un golpe a los cimientos sobre los que pensaba estar bien sostenido. La primera se fue diluyendo a principios de marzo, y se fue finalmente al caño casi al finalizar la semana de pascua; de las becas, finalmente no mandé nada para el FONCA, y me enteré de que no había quedado en la FLM por septiembre, creo... recuerdo que tuve el tiempo suficiente para preparar mi documentación para la local, que acá en Veracruz otorga el IVEC y poder así decepcionarme nuevamente el 21 de diciembre, cuando salieron los resultados; de la tesis fue por esas mismas fechas, ya muy cerca de fin de año, cuando me di cuenta de que no había avanzado casi nada y me sería imposible escribir algo que valiera la pena en lo que quedaba de 2008.
Todo esto me condujo a algunas conclusiones que comparto a continuación para su juicio y divertimento:
1) No debo reducir mis opciones a nada que dependa de la decisión de alguien más. Esto, desde luego, en lo relativo a la mudanza --para la que tenía más preparativos de los que al final fueron necesarios-- y a las becas --en las que, además del talento y la capacidad del aplicante, cuentan siempre la subjetividad y el gusto de los jurados--.
2) No soy tan chingón como hasta ahora había creído (¡¡aaaauch!!... no tienen idea de lo difícil que resulta aceptar esto a un egotista-egoísta-egocéntrico-narcisista como yo...).
3) Mientras esté en este laburo, me resultará imposible terminar la tesis, pues el tiempo que en teoría podría ocupar para adelantarla se me va en terminar trabajos pendientes que, además, no tienen fin; siempre hay más en la fila...
(Puntos suspensivos o conclusión número cuatro) Para acabarla de chingar, parezco notar en mi redacción cierto resabio de la manera de redactar del viejito loco cuyo libro estuve corrigiendo toda la mañana.
Fuck.
Y es que tenía pensadas algunas cosas para ese 2008; ninguna escrita a manera de propósitos, ni mucho menos, sino sencillamente cosas que pensaba hacer, escribir, lograr el año recién terminado. Las más significativas, respectivamente, irme a vivir en DF con quien pensé era la mujer de mi vida (paf), escribir la tesis y obtener una de las dos becas para escritores novatos que dan en el país.
De esas, nada. Todas, en su momento, significaron hasta cierto grado un golpe a los cimientos sobre los que pensaba estar bien sostenido. La primera se fue diluyendo a principios de marzo, y se fue finalmente al caño casi al finalizar la semana de pascua; de las becas, finalmente no mandé nada para el FONCA, y me enteré de que no había quedado en la FLM por septiembre, creo... recuerdo que tuve el tiempo suficiente para preparar mi documentación para la local, que acá en Veracruz otorga el IVEC y poder así decepcionarme nuevamente el 21 de diciembre, cuando salieron los resultados; de la tesis fue por esas mismas fechas, ya muy cerca de fin de año, cuando me di cuenta de que no había avanzado casi nada y me sería imposible escribir algo que valiera la pena en lo que quedaba de 2008.
Todo esto me condujo a algunas conclusiones que comparto a continuación para su juicio y divertimento:
1) No debo reducir mis opciones a nada que dependa de la decisión de alguien más. Esto, desde luego, en lo relativo a la mudanza --para la que tenía más preparativos de los que al final fueron necesarios-- y a las becas --en las que, además del talento y la capacidad del aplicante, cuentan siempre la subjetividad y el gusto de los jurados--.
2) No soy tan chingón como hasta ahora había creído (¡¡aaaauch!!... no tienen idea de lo difícil que resulta aceptar esto a un egotista-egoísta-egocéntrico-narcisista como yo...).
3) Mientras esté en este laburo, me resultará imposible terminar la tesis, pues el tiempo que en teoría podría ocupar para adelantarla se me va en terminar trabajos pendientes que, además, no tienen fin; siempre hay más en la fila...
(Puntos suspensivos o conclusión número cuatro) Para acabarla de chingar, parezco notar en mi redacción cierto resabio de la manera de redactar del viejito loco cuyo libro estuve corrigiendo toda la mañana.
Fuck.
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Parece algo tarde
para escribir la primera entrada del año. Estoy de acuerdo. Hace rato que no le puedo meter a esto el tiempo que requiere; menos, el que me gustaría (que es un poco más que el que requiere).
Estuve tentado a escribir un post en el que pronunciara oficialmente al blog en un hiato indefinido. Me contuve porque pensé en lo ridículo que eso hubiera parecido si podía hacerme un ratito cualquiera en un día cualquiera --como hoy-- a pocos días de eso.
En fin, he pensado en muchas posibilidades para poner una entrada, pero supongo que la primera después de este ratote debe tener que ver con el año que terminó hace ya diecinueve días (y, fuck, con lo rápido que pasa el tiempo).
Hablar sobre 2008, pues, sobre lo que en él me pasó, sobre lo que en él marcó un hito para lo que sigue.
Venga, pues.
Estuve tentado a escribir un post en el que pronunciara oficialmente al blog en un hiato indefinido. Me contuve porque pensé en lo ridículo que eso hubiera parecido si podía hacerme un ratito cualquiera en un día cualquiera --como hoy-- a pocos días de eso.
En fin, he pensado en muchas posibilidades para poner una entrada, pero supongo que la primera después de este ratote debe tener que ver con el año que terminó hace ya diecinueve días (y, fuck, con lo rápido que pasa el tiempo).
Hablar sobre 2008, pues, sobre lo que en él me pasó, sobre lo que en él marcó un hito para lo que sigue.
Venga, pues.
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